Capítulo treinta y uno:
No sabría como explicar la sensación que me invadió al entrar a aquella gran mansión de la mano de Colton. Absolutamente todas las miradas estaban sobre nosotros, todas.
Desde las porristas, hasta los del equipo de natación, personas que no conocía, Shawn, los muchachos. Miradas divertidas, burlonas, envidiosas, fastidiadas, risueñas, de todo un poco.
Pero yo estaba feliz.
La casa era grande, pero no tanto como la de Chris o la de Mika. Tenía un espacioso patio frontal, de color blanco y beige las paredes externas, rejas negras, ventanales grandes, muchos autos estacionados en la calle, vecindario algo solitario. Dos pisos, suelo de cerámica, candelabros y muchas luces de discoteca, sin duda la casa de Shawn, sin toda esta fiesta, se vería muy elegante y fina, casi como un palacio.
Un olor parecido a pasto quemado invadió mi nariz, vasos de cerveza y música electrónica era todo lo que podías ver y escuchar. De pronto extrañé la mini-fiesta de Dylan y sus amigos.
Solté una carcajada cuando Owen le dio tres palmadas en la espalda al chico a mi lado, soltando mi mano se abrazaron, pero el pelirrojo estaba muy borracho como para mantenerse en pie. ¿Tanto habíamos tardado?
—Yo sabía que terminarían juntos. —gritó sobre la música. —gracias a Dios ya conseguiste a alguien que soporte tus problemas. —fruncí el ceño, pero Colton con una expresión gélida lo apartó.
—Cállate. —le susurró, pero alcancé a escuchar.
Y ahí volvía esa sensación de no saber nada sobre él.
—Claro... iré a... buscar algunas chicas. —se colocó el sombrero de vaquero de alguien más y se fue tambaleándose entre la gente. Él, sin duda, era el alma de la fiesta.
Por primera vez en todo el tiempo que lo conozco, el moreno caminó sin importarle que lo siguiera hacia la mesa de los chicos, sin mirar atrás, dejándome sola parada frente a la barra.
¿Debería seguirlo?
Quizás se enojó por el comentario de Owen.
—¡Olivia! —volteé para ver a Shawn caminar hasta mi con los brazos abiertos, sus mejillas estaban sonrojadas y algunas gotas de sudor corrían por su frente, quizás estaba bailando.
—Hola Shawnie. —le sonreí, tratando de borrar aquella estúpida sensación de mi pecho, mientras me dejaba envolver por sus brazos.
—Que bueno que viniste, tu hermano y algunos chicos están afuera, ven. —me dejé encaminar hasta la parte trasera de la casa.
Una pequeña piscina decoraba el jardín lleno de gente borracha y un grupo de chicos conversando y riendo entre ellos. Pude reconocer a Sophie, Mika, Liam, unas dos chicas del grupo de Holly y otros chicos más.
Todos reían muy cómodos.
—Chicos ha llegado mi invitada especial. —todos voltearon, mirándome fijamente, odiaba que me miraran tantas personas al mismo tiempo, pero simplemente decidí saludar y sentarme entre Sophie y Mika.
—¿No que venías con Mika? —Jay me susurró mientras los demás seguían con la conversación.
Las palabras se atoraron en mi garganta, así que puse la excusa más patética que se me pudo haber ocurrido en ese instante.
—Me ha dicho que lo traería alguien más. —mentí, pero para mi sorpresa lo ignoró y siguió conversando.
—¿Has llegado con Colton? —Mika me susurró, aunque Soph se agregó a la conversación.
ESTÁS LEYENDO
23:15 [LHC #1]
Teen Fiction[Primer libro de la trilogía: La Hora Cero.] -No lo entiendo, ¿porqué insistes en quedarte?-me abracé a mi misma y miré por la ventana. El gran ventanal con vista a aquella gran ciudad ahora inundada por un gran diluvio. -¿Es que no lo ves? Olivia...