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Capítulo cuarenta y ocho:

Si pensaba que encontrar a Sophie y Jayden podría ser incómodo, nada se comparaba al escenario que tenía en frente.

Jamás en mi vida me habría imaginado que alguna vez, podría encontrar a Mika siendo acorralado por el cuerpo de Owen, ambos con las respiraciones agitadas y los labios enrojecidos.

Por un momento casi estallo en carcajadas de lo irónico que resultaba todo.

—Lo siento... yo... —torpemente tomé mi mochila, pero Owen se me adelantó y salió de ahí corriendo.

Oh, mierda.

No sabía que decir, y mucho menos cuando Mika se dejó caer en el suelo con los ojos enrojecidos y un puchero muy impropio de él. Mierda. Mierda. Mierda. Había irrumpido en la historia de amor de mi mejor amigo.

¿Ves que nada lo haces bien, Olivia?

Corrí hasta él y lo abracé cuando dejó salir un sollozo, y luego otro. Y luego uno detrás de otro. Jamás había visto llorar a Mika, y empezaba a perder los nervios.

—Lo siento por haber interrumpido, lo siento tanto. —callé sus chillidos en mi pecho.

—No es tu culpa.

Susurró entre hipos, se me encogió el corazón. Jamás habría pensado que Owen, el bocazas y payaso del equipo podría ser gay, y mucho menos que Mika podría serlo.

No tenía nada en contra de los homosexuales, pero simplemente no lo imaginaba de ellos.

Cuando se calmó me senté frente a él y esperé a que hablara, no quería presionarlo pero tampoco quería quedar con la duda, ¿Por qué Owen había huido?

—Disculpa, no quería que te enteraras de esta forma. —susurró con la mirada gacha, jugando con sus dedos y sorbiendo por la nariz.

Sonreí para restarle importancia.

—Lo importante es que ahora lo sé, y eso no cambia nada. —tomé su mano con la mía y lo obligué a mirarme, odio ver a la gente que amo sufrir. —¿me vas a contar?

Asintió.

—Pero no aquí, esta noche ven a mi casa, prometo decírtelo todo. —sin decir más me acerqué a él y lo abracé. Ahora tenía un mejor amigo gay.

Uno de los sueños americanos.

El resto del día la pase haciendo recados y hablando por aquí y por allá. El director me había ofrecido disculpas por el accidente del show y me había felicitado por mi excelente voz, dijo que esperaba verme cantar en el baile de invierno.

Quizás lo haga.

Cuando llegó la hora de la salida me despedí de los chicos. Owen había ignorado las miradas de Mika y las mías en el almuerzo y a toda hora, así que decidí no acercarme mucho, aunque sentía pena por mi amigo, se notaba que la estaba pasando mal.

Vi a Jordan caminar hasta mi con una carpeta en su mano y sus típicas gafas tumblrs. Este chico es tan hermoso como un modelo, enfundado en una fachada nerd y ropa vintage, pero aún así se veía apuesto.

—¿Lista? —asentí con una sonrisa y nos enfundamos en una conversación divertida en camino al centro comercial. Debíamos buscar una tienda que pudiera preparar comida para doscientos adolescentes hambrientos.

—Todo pasó muy rápido, gracias a Colton no te ha pasado nada, hubiese sido catastrófico. —dejé de reír cuando escuché su nombre y sonreí triste. Era tan contradictorio. —Oh, lo siento, ¿te he incomodado?

—No, tranquilo. —aparqué fuera del gran establecimiento y ambos bajamos del coche.

—¿Tienen historia, eh? —lo mire como si le hubiese salido un tercer brazo.

—No, ¿Por qué piensas eso?

—Es muy evidente. —se encogió de hombros y ambos entramos al establecimiento, después de todo, no sabía que decir. —¿Qué tipo de local estamos buscando?

Paseé mi mirada por todas las tiendas, hasta detenerme en una.

—Uno como ese. —señalé un letrero con letras neon que decía "El Delfín Azul" y en letras pequeñas 'Agencia de Festejos'.

Ambos nos encaminamos al local, hicimos lo que teníamos que hacer y ya estaba listo. ¡Algo menos en nuestra lista!

Al salir de ahí, Jordan me propuso ir a tomar un helado, y observando la hora, me dije que no era tan tarde, podía tomarlo y luego ir a lo de Mika, así aprovechaba y le compraba algo de comer.

Ambos pedimos nuestros helados y nos sentamos en una mesa a conversar sobre la decoración y haciendo bromas sobre cosas triviales, este chico era bastante divertido.

—¿Sabes? Antes pensaba que eras gruñona y odiosa, pero desde que eres la presidenta del comité, todos estamos más felices. —mi pecho se encogió. —el ex presidente solía ser Adam Filler y era un grano en el culo, totalmente, nadie lo soportaba.

Reí y terminé mi última cucharada de helado.

—Vamos, tengo que visitar a un amigo. —dejé a Jordan frente a su casa y pasé por un McDonald's antes de ir a parar en casa de Mika.

Toqué el timbre y sonreí cuando Marivi me abrió la puerta,  y sin dudarlo ella se lanzó a darme un abrazo, tratando de ignorar el pequeño ardor en mi brazo le correspondí.

—¡Olivia! ¡Hace cuanto que no te veo!

La madre de los Harris y Dylan se acercaron a mí con una sonrisa enorme también, de pronto me sentí mal por no traerles comida a ellos.

—Pasa, pasa. ¿Has venido a ver a Mika? —asentí. —sube, no ha querido salir en todo el día de su habitación.

—Gracias.

A pasos lentos subí las escaleras y toqué la puerta con delicadeza, escuchando una débil respuesta del otro lado me dejé pasar.

El chico de gorro gris se encontraba tendido completamente sobre su cama, con un libro entre sus manos y la mirada perdida, puedo apostar lo que sea a que no le ha prestado mayor atención al libro.

—He traído comida. —sonreí en manera de consuelo y dejé caer las papas fritas sobre la cama. No comería pues el helado se revolvía en mi estómago con remordimiento, pero al menos a él se le pasaría la tristeza un poco.

—Gracias, pero no tengo hambre. —lo vi dejar la bolsa a un lado e ir hacia la ventana.

Corazón roto: ON.

—¿Quieres hablar de lo qué pasó?

—Es un idiota. —escondió el rostro entre sus manos y suspiró con fiereza. —pero yo lo soy más. Nada de esto saldrá bien.

Cada vez entendía menos.

—No entiendo nada, Mika.

—Soy bisexual, ¿bien? Pero Owen es gay, y solo le he hecho daño desde que esta extraña cosa comenzó, no se que somos y eso me frustra más.

—¿Por eso ha salido corriendo esta mañana?

—Ha salido corriendo porque entró en pánico. Estábamos en medio de una extraña pelea cuando llegaste. —jugó con sus dedos. —pensar que me odia me ha estado carcomiendo todo el día.

Wow.

Simplemente wow. Eso explicaba porque se desvivía por Maddison.

—¿Y qué haces aquí?

Me miró extrañado.

—¿Qué haces aquí cuando podrías ir a buscarlo y arreglar las cosas? Lucha por lo que quieres, tonto.

—Él no me quiere de vuelta.

—Pues si no lo hiciera, no le afectaría en nada, y yo lo vi bastante incómodo hoy.

—Pero...

—Si lo quieres, Mika, ve a por él, no importa cómo.

Y eso hizo.

23:15 [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora