El resto se la semana fue peor de lo que yo me imaginaba. Natalia había decidido dejarme tranquila y apenas me dirigía la palabra en el trabajo y no se molestaba en que coincidiéramos fuera de él.
Me resultó extraño que lo que tanto había pedido se convirtiera en una falta indudable de cariño. Las contradicciones de mi cabeza comenzaron a surgir a partir de este momento y me volvía loca buscando una miraba disimulada de la morena en la oficina.
-Alba.-Me llamó la susodicha, entrando por la puerta de mi despacho. Levanté la vista de mi escritorio y contemplé su figura por segunda vez aquella mañana.
-Dime.-Pronuncié, esperando alguna conversación fuera del ámbito laboral.
-Me ha dicho María que tienes las facturas de la última venta.-Pidió sin gracia. Suspiré decepcionada y asentí.
Le tendí los papeles y se acercó despacio a mi posición. Sentí su perfume impregnar el ambiente cuando llegó y comencé a morderme las uñas con nerviosismo.
Intenté rozar mis dedos con los suyos al agarrar los folios pero me rehuyó y se separó rápidamente con la mirada clavada en el suelo.
-Gracias.-Murmuró, alejándose lentamente en dirección a la puerta. Me mordí la lengua unas cuantas veces para evitar decirle nada pero mis labios no pudieron sellarse completamente.
-Natalia.-La llamé. Se giró en mi dirección con la cara seria y me puse algo nerviosa.-Siento lo de la otra noche.
Me miró durante unos segundos intentando analizar la frase que acababa de pronunciar y soltó un pequeño suspiro, negando con la cabeza.
-No hace falta que pidas perdón.-Se encogió de hombros.-Siempre y cuando seas sincera contigo misma.
-Tú no has estado siendo sincera estos días.-Acusé, algo molesta por su comentario anterior.
-¿Sobre qué?-Preguntó confusa.
-Ahora me ignoras.-Expliqué distraída, intentando mostrar indiferencia ante la situación.
-¿Eres bipolar?-Exclamó.-Me dijiste que te dejara en paz.
Me quedé callada, en realidad tenía toda la razón. Me limité a encogerme de hombros y a esconderme detrás de la pantalla del ordenador para que no me viera.
Escuché sus pasos y supuse que se había ido, así que metí mi cabeza entre mis brazos cruzados frustrada. Minutos después noté una mano en mi espalda y me sobresalté.
-Perdón.-Susurró Natalia, muy cerca de mi oído. Negué con la cabeza despacio e intenté retener las lágrimas que amenazaban por brotar de mis ojos.
Se quedó allí, acariciándome con suavidad mientras yo sollozaba, incapaz de ocultar mi profunda tristeza. Empujó mi silla hacia atrás de manera que mi cara se viera y se agachó delante de mí, apoyando sus manos en mis rodillas.
-¿Quieres hablar?-Susurró tiernamente. Agarrando mi barbilla para que la mirara.
-Quiero que me abraces.-Pedí entre lágrimas. Asintió varias veces y tiró de mi mano para que quedara sentada en el suelo entre sus piernas.
Me rodeo con sus brazos y me apretó fuerte contra ella. Podía sentir su respiración en mi cuello y me relajó de sobremanera. Acaricié la cabellera de su nuca y suspiró nerviosa.
Besé un par de veces su mejilla, fue un contacto delicado. Intenté transmitirle tranquilidad con aquel gesto aún cuando la que necesitaba cariño era yo.
Apretó la tela de mi jersey por la espalda y se aferró a mí mientras yo continuaba con mi reguero de besos por toda la extensión de su cara.
Apoyó su frente en mi hombro y yo aplasté mi moflete contra su cabeza en un intento desesperado por mantener el contacto permanentemente.
Llevó su mano a mi otra mejilla y me la acarició con suavidad. En un movimiento lento quedamos frente a frente. Nos contemplábamos detalladamente, como intentando recordar todas las facciones de nuestra cara para siempre.
Di rienda suelta a mi manía por colocarle el flequillo y sonrió, contagiándome al instante. Sentía su respiración entrecortada y era normal, pues estábamos a una distancia mínima en comparación con los días anteriores.
-Estás muy guapa.-Piropeó, retirando el rastro de lágrimas que tenía en la cara. Me reí irónicamente y negué con la cabeza.
-Tengo que estar hecha un desastre.
-Eres un desastre muy guapo.-Continuó, haciéndome soltar una carcajada ante sus ocurrencias.
Se inclinó hacia mí y me asusté, pues pensé que me daría un beso en la boca, pero me encontré con sus labios en la punta de mi nariz.
La arrugué por las cosquillas que me produjo y se rió tiernamente por mi gesto. Mordí mi labio inferior para ocultar mi sonrisa y bajó su mirada hasta él.
Suspiró adorablemente y me entraron unas ganas horribles de mandar todo a la mierda y comérmela a mimos, pero me resistí.
Acaricié su cara con mi pulgar y recorrí todos los rincones de su cuello con las yemas de mis dedos, contando los lunares que me podría encontrar en aquella zona de su cuerpo.
-Me estás volviendo loca.-Confesé. Me sentía en las nubes y dudaba mucho que pudiera bajar al suelo sin estrellarme contra él.
-Tú ya me tenías loca desde hace mucho.-Contraatacó, entrelazando sus dedos con los míos sobre mi regazo.
-Me pones muy difícil que te odie.-Me quejé, golpeando su hombro suavemente con la mano que tenía libre.
-No tienes que odiarme, Albi.-Susurró tristemente.-Puedo hacerte feliz.
-Hace dos años éramos felices.-Admití dolida.-Y eso era más que suficiente para mí.
-Para mí también.-Dijo. Solté una mirada significativa y cerró los ojos con fuerza.-Pero no me dejas explicarme.
-Ahora no.-Murmuré, reanudando mis caricias por si piel.-Te prometo que hablaremos, pero ahora no.
Asintió y pareció contentarle mi respuesta, pues intentó ocultar su sonrisa escondiéndose en mi cuello.
La estreché contra mis brazos de nuevo y me di cuenta de cuánto la había echado de menos, que no era ni la cuarta parte de lo que en un primer momento me había imaginado.
Estuvimos así durante lo que me parecieron segundos, pero que en realidad fueron minutos largos. María llamó a mi teléfono preocupada porque la morena no había vuelto y yo no daba señales de vida.
Pero la realidad es que yo no sabía lo que era necesitar tanto un abrazo, ni a una persona.
Quiero dedicar este capítulo a la maravillosa SilverNightmare_03 que el viernes cumplió añitos. Felicidades corazón ❤️
Me ha costado mucho escribir este capítulo pero llevo varios días sin actualizar y no os lo merecéis. Lo siento mucho jo. ¿Qué tal va el puente? ✨
@missbanana027
