Ojos

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Y entonces me quedé observando. " No es nada extraordinario si lo veo solo con mis ojos" pensé. Y tenía razón. No lo veía ordinario.
Lo veía desde el corazón.
Concentrada y absorta en la maravilla, hasta que su voz me interrumpió preguntando que miraba.
No respondí, no porque no quisiera decirle lo grandioso que me parecía, obviando que lo observaba como un científico viendo un fenómeno, con ojos de asombro ante la belleza.
No respondí porque pensé que no entendería como lo veía, tal vez porque buscaba que algún día, que ese día, en ese instante, me viera con la misma maravilla con que yo lo hacía.

Confesiones de un corazón juvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora