Microcuento # 7

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Creo que el único error real  que estoy cometiendo en este momento, que puedo afirmar casi que sin vergüenza, es que pido que suceda nuevamente.
Pido que pase otra vez, así de sorpresa como esa vez primera, cuando ni las copas ni las canciones daban señales y cuando el humo del cigarro solo se iba con la aurora dejándome a la total disponibilidad.
Mi error puntual es pedirlo a gritos y sin disimulo, solicitarlo hasta con mi aliento, esperar a que se de, otra vez, a que quieras otra vez, a qué sencillamente el tiempo vuelva.
Espero a sentirme como ese día, exactamente como esa mañana, con el sol apenas despertando y estar otra vez más encendida que un boulevard. Botando fuegos y sintiendo que iba a estallar. Estando en un lugar completamente humano y a la vez plasmando imágenes de cosas inhumanas.
Lo que quiero es simple. No pido mucho. Aunque pensándolo bien pido demasiado. Pido que quieras de nuevo, cuando ambos sabemos que era la oportunidad del millón , que la posibilidad es de una en cinco mil, y qué solo queda alimentar la fantasía con el recuerdo, y rogar por verme y sentirme así otra vez.

Confesiones de un corazón juvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora