Sobreviviente

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Etimológica mente, la palabra "sobreviviente" proviene de un vocablo latín que literalmente traduce "el que vive venciendo sobre grandes obstáculos", así que, explorando esto, es entendible que sea utilizada en conceptos muy separados de simplemente suplir necesidades básicas.

Teniendo esto en cuenta, podría decirse que las madres solteras en su mayoría son sobrevivientes, o las personas que viven en literal y real estado de pobreza, quienes superan seres importantes en sus vidas luego de una pérdida... Mucha gente calificaría en esta categoría.

Pero hoy no escribo a los que sobreviven al sistema o a la falta de ese maldito papel impreso que ha cobrado vidas y naciones enteras, no es mi tipo de escritura. Hoy escribo a quienes, como yo, sobreviven a su juez más cruel y tirano, ellos mismos. Ya entenderán por qué nos considero sobrevivientes.

Hoy quiero que esas personas que se levantan pensando que son un desperdicio de materia y tiempo o un efecto colateral del destino de dos personas que se encontraron  por terquedad; aquellos que evitan los espejos físicos para no sentirse inadaptados y quienes evitan los espejos emocionales por evitar que los llamen "dramáticos" o "raros"; quienes comen en exceso para llenar un vacío o quienes dejan de comer para crear mil huecos más; quienes se agotan al extremo para poder dormir y no pensar, y quienes sin esforzarse viven durmiendo para sedarse de lo que deben llamar realidad; quienes sienten que los engañaron, a quienes les torturan la mente con mentiras como "para siempre" o verdades crudas como "no tienes autoestima"... En fin, para todos los que literalmente sobreviven a si mismos y las montañas rusas de sus vidas, esto es de ustedes, y mío.

No soy experta, ni soy ejemplo para esto (fumo cuando no puedo dormir para lograr conciliar algo de sueño luego de insomnios asquerosos en los que veo series, películas o cualquier cosa que agote mis ojos a ver si dejo de pensar, como cuando estoy demasiado alegre, dejo de comer cuando la tristeza me invade, finjo ser fuerte delante del mundo y no me permito muchas veces llorar ni cuando estoy sola) pero si sé una cosa. Sé que esto no va a durar para siempre. Sí, es difícil y hay días que provoca tirarse desde cualquier ventana, pero a la vez, al estar en ese borde, veo tantas cosas que voy a extrañar que no lo hago. Y no me interesa lo egoísta que pueda sonar, pero de eso se trata, de ser egoísta por un maldito momento y recordar que cada quien tiene su lucha, conocemos las de algunos e ignoramos las de otros; pero es la realidad : nacemos gracias a otros, crecemos gracias a otros y aprendemos a vivir gracias a otros, pero así de solos como llegamos al mundo, como vivimos nuestras experiencias y como nos sentimos un lunes de madrugada y un sábado de tarde; así, igual de solos nos moriremos. Y aunque la muerte es la única certeza no sabemos cuándo ocurra, pero podemos intentar postergarla.

No debes dejar de respirar para morir, y quien diga que no ha visto zombies miente. Cuando permites que la opinión de otros sobre ti sea más importante que la opinión que tienes de ti mismo, cuando dejas que te quieran a medias, cuando les permites afectarte en sus juicios superficiales y ridículos, cuando no te valoras ni aprendes a amarte con todo lo que traes, mueres.

Y aprendí algo muy importante, que quiero compartir, y es que, aunque la perfección suena bonita, es subjetiva y no es lo que queremos. Somos tan perfectos al nacer y mientras crecemos que decidimos aprender malas palabras, miramos mal, respondemos terrible a nuestros mayores, nos escapamos de las clases, no llevamos los deberes completos; llenamos el historial de nuestras vidas de locura porque buscamos el caos y nos convertimos en caos. Y cada uno de nosotros debe amar el caos que es y en el que vive, gracias a eso somos seres maravillosos y únicos. Así que si sobrevives a ti mismo y a tu realidad, respira, no estas solo. 

Ámate, con cada molécula de tu ser. Yo sé que no será así siempre, pero los días que no te ames, no te odies. Confrontate, vuelve al origen, se honesto contigo y premiate con las pequeñas victorias. No te prives del placer de sonreír, y menos de sonreír por ti mismo, porque lograste algo que para ti era imposible, porque aprendiste algo nuevo, porque trabajas en ti. Amate como quisieras que te amaran, aceptate  como quieres que te acepten, tratate y cuidate como quisieras que alguien más lo hiciera.

Sobrevivir a ti mismo significa dejar de esforzarte en encajar en algún molde predeterminado y crear el tuyo propio, conocerte en las buenas y en las malas y amarte igual en ambos extremos, sin vulnerar la identidad ni la sobrevivencia de nadie, pero siendo tú.

Confesiones de un corazón juvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora