A veces pienso en las mentiras de los cuentos de hadas, ya saben, que las mujeres somos débiles y necesitamos ser rescatadas, que los hombre son valientes a muerte y que enfrentarían todo tipo de luchas y batallas por nuestro amor, hasta que existe un hada madrina y un noble corcel.
Luego pienso en los cuentos de hada actuales, en las mentiras comunes, en el "para siempre" que dura tres días y en BFF que dura dos semanas. Pensaba en la mentira que utilizan los hombres para acceder a estar íntimamente con una mujer, esa mentira de "es que no será sólo sexo, haremos el amor". Tengo que admitir que por mucho tiempo pensé que eso no existía, literalmente en mi mente esa frase y los unicornios eran iguales: dos ideas preciosas y completamente imposibles. O eso pensaba, hasta que llegaste tú.
No borro ese día de mi mente. No borro ninguno de esos encuentros.
Ese primer día... Haríamos un plan tranquilo, ver películas. Ya lo habíamos hecho sin que pasara nada así que supuse que sería sencillo (ignorando totalmente lo obvio y tratando de olvidar que con solo verte me enciendo como un incendio forestal)
Recuerdo que llevaba ese body vino tinto que tanto me gusta. Nada planeado y sin embargo, todo de acuerdo al plan.
Aunque recuerdo todo, trataré de narrar hasta esos momentos en los que el placer me hizo perder la lucidez.
Ese día te habías sentido mal así que habíamos estado en una clínica casi toda la tarde. Luego de ir a comer ambos teníamos sueño, y de camino a tu casa decidimos comprar un helado para con las películas.
Al momento de entrar en tu casa y luego en tu cuarto, sentí un aura distinta, algo raro e inesperado iba a suceder ahí y en ese momento, y la sola idea de tenerte en mis brazos ya me excitaba. Nos recostamos en la cama tranquilamente y decidimos ver una película sobre salvavidas.
Me besaste el cuello, la espalda y ahí empezó el juego. Quitaste cada una de mis prendas de vestir y cuando menos pensé, me estabas besando y llevándome al cielo. Sin darme cuenta ya estabas encima de mi.
Mi experiencia no es basta, pero estoy completamente segura de que jamás, con nadie en la vida, había sentido lo que contigo; y no hablo del nivel de placer (que hasta ahora es perfecto) sino del amor, de la seguridad, de sentir que todo se vale, y que siempre habrá alguien que me cuide y que se preocupe por mi.
Ese día entendí muchas cosas.
Entendí la frase cliché de "hacer el amor" en formas que jamás pensé verla. Me di cuenta que acompañarte ese día era hacerte el amor de otra forma, que cuando me consientes me haces el amor. Que con un sólo beso ya me haces el amor más de una vez. Entendí que el sexo puede ser mucho más que eso. Y que no se trata solo de satisfacción sexual. Se trata de los besos, de las risas que pueden surgir en ese momento.
Desde que me enamoré de ti, hago el amor a diario.
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Confesiones de un corazón juvenil
Non-FictionVivencias, dolores, risas, pero más que nada, amor e inspiración.