Hemos leído muchos cuentos de fantasía y libros con romances heroicos y utópicos, hemos escuchado refranes, dichos, poemas, coplas, retahílas y trabalenguas; y hasta hemos visto y en ocasiones vivido con expresiones machistas o feministas. Aunque no me uno a ningún bando de estos para emprender una vacía guerra de los sexos, lo cierto es que en cada cuento y poema y romance siempre se propone un modelo de mujer, diferente, pero con una característica generalizada hasta para las féminas reales, que pisan el asfalto y comen arroz y pasta, las completamente delgadas y las voluptuosas, las más altas y más bajas, las más atléticas y las más sedentarias, las más fuertes físicamente y otras cuya destreza mental es incomparable; y esa característica es el uso de la palabra bella como sinónimo de ser frágil e indefenso traído para darle una tarea compleja al hombre , para que éste, como Redentor y Salvador la libre de cada peligro y obstáculo al que podría verse enfrentada , pues por la delicadeza que representa no puede valerse por sí misma ni para conseguir alimento.
Usamos palabras sin saber realmente a que se refieren. La belleza no es sólo algo superficial, carnal o meramente físico, la belleza tiene que ver con valores como la entereza , la valentía, la honra, el respeto, la responsabilidad sobre los actos, el amor en todas sus grandes manifestaciones.
Ser bella no es ser una modelo, una actriz, o una monja de clausura, ser bella es tener el amor propio para saberlo, la entereza para aceptarlo, el cariño para compartirlo y la valentía para defenderlo.
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Confesiones de un corazón juvenil
No FicciónVivencias, dolores, risas, pero más que nada, amor e inspiración.