Confesiones de un corazón juvenil

Paso del tiempo

Yo sé que es raro que regrese, duré mucho tiempo lejos. Pensé en escribir más de una vez pero sinceramente llegaba a escribir un par de oraciones (ninguna con mucho sentido) y decidía parar. Hubo sólo una vez que de verdad escribí algo coherente, sin embargo fue algo tan tóxico hasta para mí misma que revivió partes de mi que no sabía que seguían conmigo y siempre he pensado que, esta construcción literaria (porque un libro tiene una conexión coherente y obvia), más allá de ser un diario donde desahogo muchas veces las cosas que me asfixian mental y emocionalmente, debe ser un lugar al que se pueda recurrir para identificarse. Y no, no soy ni medianamente influencer de la vida de nadie, de hecho nunca publico nada en mis redes sociales a menos que sea una fecha especial o un video que siento que me representa de alguna forma; solo siento que necesitamos aterrizar de la belleza que acompaña nuestras secciones de noticias y novedades en las redes que usemos. Los libros fueron mi escape y siento que aquí se puede escapar, al menos a ver otra vida.

Últimamente el paso del tiempo me ha mostrado que tengo bastantes pendientes. El primero no es muy reciente, pero lo sentí tan fuerte que aún me cuesta.  Un viejo amigo perdió a su padre hace un tiempo y me dolió tanto, solo vi al señor un día, a mi viejo amigo no lo veía hace más de un año y no le hablo hace mucho más tiempo, pero en ese momento, en el que me enteré de su pérdida, más allá de pensar en el tiempo que ha pasado entre nosotros, lo único que vino a mi cabeza fue el recuerdo de su abrazo y lo reconfortante que era, y que me habría gustado poder darle un abrazo así. Le escribí, la verdad fue un impulso del que no me arrepiento, espero de corazón que esté bien y lamento profundamente su pérdida y no haber podido ser útil en ese momento.

El segundo pendiente es con mi actual relación, en la que me doy cuenta que el tiempo si pasa y hace estragos que en el momento no se ven, pero son bombas que terminan estallando. Llevo días cuestionándome si estoy tan errada, o si tengo razón. Si está bien haber esperado al menos una nota de aniversario o si debería conformarme con que ese día al menos dí mi parte y él no hizo ni el esfuerzo de que cenáramos solos. Me pregunto si está bien querer que asuma un poco más su papel, su vida, sus decisiones y sus responsabilidad, o si debería conformarme con que a duras penas asuma que es mi pareja y estar agradecida. Si debería evitar pensar que por pertenecer a una institución tengo que tenerle algún tipo de consideración especial, o si por el contrario debería rendirme a él como si fuera un Dios. Aún no hallo respuestas pero si hay algo que sé es que todos los "debería" no son como yo, y que si decidiera irme por ahí podría perderme a mi, o a lo que tengo de mi.

El último pendiente es conmigo. He pensado hasta en dejar de existir, o incluso en aislarme, que no me sale para nada mal. He pensado que a veces debería no ser yo, en lo que sería si yo no estuviera y cómo habría evitado muchas cosas. Luego pienso en mi mascota, en que quizá sin mí no habría hallado un hogar y sería parte de las estadísticas de los  perros callejeros o de aquellos que no pudieron ni saber que era comer un poco. Pienso en mis sobrinos y en que me habría perdido de incontables risas y momentos que de solo recordarlos me llenan el corazón de amor y los ojos de lágrimas. Tampoco he encontrado ni razones ni respuestas, pero el culpable es claro.

Aquellos que dicen que el tiempo no afecta y no arruga nada cuando pasa, les cuento que esa afirmación solo aplica cuando eres una persona vital de la tercera edad, pero el tiempo si daña, si afecta, si marchita, si cuestiona, y si pasa.