Confesiones de un corazón juvenil

Quiero un amor

Quiero a alguien.
A alguien a quien mis mañanas, con mi cara de dormida y mi cabellos desordenado, le apasionen.
A alguien que aunque no entienda mi letra, la ame, que quiera leerlo todo escrito con ella.
A alguien que goce de mis platos mal hechos y mis comidas sobre cocidas, que todo lo que preparo lo compare con cualquier manjar, y siga pensando que es mejor que cualquier plato.

Quiero a alguien.
A alguien a quien le fascine verme leer una novela romántica, y que ame escuchar por horas hablar del porqué creo que la protagonista hizo esto o aquello.
A alguien que comprenda que no siempre tendré la paciencia o la voluntad de embellecer mi cabello y maquillar mi rostro, de ponerme las mejores prendas; que me pueda ver en converse, unos jeans gastados, un saco ancho y una coleta, y siga creyendo que soy sexy.
A alguien que me escuche cuando canto, desafinada y fuera de ritmo, pero que valore el sentimiento con que lo hago.

Quiero a alguien.
A alguien que disfrute contemplar cuando me concentro en algo y saco la lengua, cuando muerdo el lápiz y de repente encuentro la respuesta.
A alguien que se encante con la euforia que siento al lograr algo, así sea minúsculo, que celebre conmigo hasta la más pequeña de mis victorias.
A alguien para quien sea tan importante todo lo que de mi provenga, que posponga algunos asuntos por escucharme, hablarme, verme.

Quiero a alguien.
A alguien que definitivamente me merezca y me ame, completa, sin peros, sin cambios.
A alguien que me ame así, imperfecta.

Quiero a alguien que se enamore de mi peor versión, porque de la mejor, todos podrán encapricharse.