Fantasias de un corazón roto

34 0 0
                                    

Estaba meditando acerca de mi vida, de todo lo que he logrado con ella y de todo lo que quiero lograr, pensaba en cada objeto con que la quiero adornar, cada lugar hacia donde la quiero llevar, los distintos títulos académicos y quizá nobiliarios con que la quiero condecorar, y por supuesto, los sentimientos de los que la quiero llenar y las personas a las que les quiero compartir tiempo y experiencias de mi paso por el mundo.
Luego me centré más en lo que ya he hecho, y me di cuenta de que, por más libros leídos y palabras escritas, canciones escuchadas y cenas compartidas, lo único que había logrado realizar a un nivel más que satisfactorio, fue enamorarme adicta y perdidamente de ti. A pesar de cada paso dado por los senderos que marcan el destino y el hombre, lo único de lo que no puedo dudar haber hecho bien es haberme enamorado de ti, y lo acepto y no me avergüenza.
Lo acepto porque no tengo más opción, y porque reconozco que te pensé más de lo debido y de maneras indebidas, te obligue a permanecer en mi cuando hasta tu recuerdo quería marcharse y abandonarme, me resigne a, que si la única manera de seguir respirando por ti era llorarte los días que me quedaban de vida, permanecería sollozando y viviendo días grises con tal de estar contigo, así fuese de una extraña y representativa forma.
Al llegar el final, fantasee más de una vez con que regresarías a mi, con que todo lo que con amor te di, había válido cada lágrima y cada sacrificio, que volverías porque reconocerlas que nadie en esta tierra y en otra lograría amarte como yo, pero me quedé esperando, y ahora fantaseo con el momento en que ya no te extrañe, ni te piense, ni me angustie tu recuerdo, ni vea tus fotos y se inunden mis pupilas de recuerdos, ahora fantaseo con poder sacarte de mi.

Confesiones de un corazón juvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora