A veces, cuando miras al mundo o cuando hablas con algunas personas sobre lo que quieres,te hacen sentir que nunca vas a alcanzarlo, y no es por ti necesariamente; a veces hasta logran hacerte ver el mundo como un lugar diminuto y sin conexiones dónde lo único posible es aquello establecido.
Y afortunadamente tuvimos quienes en su momento rompieron las reglas en muchas áreas y se dedicaron a demostrar que el límite va más allá del cielo que vemos a diario y que lo que un día es un escándalo, al otro ya es tendencia.
Por eso, cuando hablo con alguien acerca de lo que yo quiero, de ese futuro idealista y fantasioso, de ese amor de película romántica, y me dicen que no es posible; me lamento por ellos y sus mentes diminutas.
Porque yo sé que se puede, porque se que puedo tener serenatas cada noche y besos de desayuno, sé que puedo tener mi empresa y vivir en un departamento con 6 habitaciones así solo necesite de dos para mí.
Porque yo sé que no lo sueño porque lo quiero, lo sueño porque he de trabajar para verlo. Lo sueño porque merezco (cómo cualquier ser humano que actúe conforme la moral dicta, es decir, que no maltrate a nadie por sus deseos) más que el cielo,más que el sol, y más que el más eterno infinito.
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Confesiones de un corazón juvenil
Non-FictionVivencias, dolores, risas, pero más que nada, amor e inspiración.