Sigo sin creer que no se vea, sigo sin entender cómo siendo tan visibles no los notes, no comprendo como la ceguera que no tienes no te permite ver, no lo entiendo y dudo que algún día lo haga.
La preocupación es constante y la angustia, su fiel acompañante, porque así como me desespera que no veas nada y que yo sea esa amiga invisible , me da pánico que pienses si lo sabes y si salgo a la luz para quemarme bajo su incesante calor y arder bajo los delirios de las fantasías .
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Confesiones de un corazón juvenil
Non-FictionVivencias, dolores, risas, pero más que nada, amor e inspiración.