La eterna enamorada

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Es curioso cuando crees que cerraste un ciclo tóxico y de repente te atacan los recuerdos, como un tsunami, no te dan escapatoria ni oportunidad de renegar o pensar nuevamente las cosas; simplemente te golpean.
Pero es más curioso aún cuando, luego de que piensas que cerraste ese ciclo y ya no puedes extrañar, te gusta alguien más; no a un nivel peligroso o insoportable, no te gusta como el dolor de la quemadura con parafina, que quieres repetir una y otra vez, hasta que te sale una ampolla y decides frenarte en el impulso masoquista del ardor y el calor; pero si te gusta, te gusta verle y hablarle y quisieras ser la respuesta a sus dudas y ponerle alto a sus penas (cabe aclarar que por penas no me refiero exclusivamente a sufrimientos, físicos o emocionales. Tomemos como pena todo aquello que le atormente, vergüenza, molestia, incomodidad y un sin fin de sentimientos y estímulos fastidiosos de su alrededor)
Y descubres en esos puntos que eres esto,una eterna enamorada.
Enamorada de un amor que te hizo daño, enamorada de aquellos que aunque saben que resaltan sin necesidad de reflectores, buscan que veas que no importas en sus mundos llenos de ocupaciones sin sentido. Enamorada de la idea de un amor que ya viviste y de ese amor que no has vivió. Enamorada de estar en sus brazos o en otros pero no sola en los tuyos.
Enamorada de los sueños que te dicen que algún día volteara a verte y sentirá de repente que nada mejor que tú llegará porque simplemente no existe.
Enamorada de experimentar un amor que te obligue a amarte.

Confesiones de un corazón juvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora