Me gusta imaginar muchas cosas. Imagino amores, personas, lugares, en fin, situaciones que no pasan, o al menos no todavía.
Hoy imagine algo diferente. Otra situación, con alguien con quien no me había visto en algo así, en un lugar en el que no pensaba estar, pero me gustó, mucho.Cerré mis ojos un rato después de verlo, debía trabajar, ambos debíamos hacerlo, pero pensé en ese bar, en un día en que casualmente solo estuviéramos el y yo, por esas cosas del destino, aunque aún no se me ocurre por qué.
Y llegó esa imagen.
Me ví bailando por un momento, cómo lo hago en casa cuando nadie me ve, con una blusa larga, medias veladas y botines, algo casual.
Luego de girar un par de veces notaba que me estaban observando, cómo cuando el cerebro te avisa que te vigilan. Y estaba él ahí, de pie, en el pasillo, observando cómo bailaba al compás de esa canción, suficiente bajo para un show completo como el que estaba haciendo.
Empezamos a hablar del baile que practico, de las canciones con las que me gustaba practicar.
Hasta que él se alejó y se ubicó tras esa consola, apretó un botón y puso una canción con la que yo practicaba.
Me reto a bailar, a bailarle. Me negué varias veces, pero terminé accediendo, porque moría por ver su reacción, quería saber cuál sería la expresión de su rostro al verme, si por una vez tendría una mirada aprobatoria.
Así que empecé a bailar, solté mi cabello, lo mire pícara y divertida y empecé mi espectáculo.
Su expresión era neutral al principio, después deje de fijarme en ella y me concentre en hacer un bail del que me sintiera orgullosa.
Cuando acabó la canción lo observé, pregunté que pensaba al respecto, y él me pidió que entrara en la cabina.
Entré, me senté en un espacio minúsculo de mesa que queda libre en ese lugar, y lo mire. Lo interrogar de nuevo, y él solo se ubicó al lado de mi pierna derecha, puso una mano en ella, más arriba de la rodilla, y me acarició , sin decir nada.
Instintivamente me corrí un poco, dejándolo entre mis piernas. Baje la cabeza y analice lo que pasaba por dos segundos, sentí que no debía pasar nada y justo ahí, cuando iba a bajarme de la.mesa y abandonar totalmente ese barco, sus labios me tomaron por sorpresa, interrumpiendo mi huida.
Luego de un rato, notamos que sus manos y las mías estaban quietas, y decidí tomarlo por el cuello, y acercarlo para embriagarme con su aroma, cómo hacía mucho ansiaba hacerlo.
De repente todo tomo un tono distinto. Ya no era solo un beso.
Sus manos estaban en mi cintura, luego en mi cadera, apretando fuerte. Justo en ese momento me ví cerrando mis piernas y envolviendo su cuerpo en ellas, para no dejar más espacio entre los dos.
Decidí empezar a dejarme llevar, el primer botón pasó por el hoyo de la camisa que lo envolvía. Él solo paro para susurrarme al oído "después de eso, sabes que no hay vuelta atrás".Estaba imaginando que más pasaría,hasta que su voz salió de algún lugar diciendo "tengo que irme a trabajar, hablamos más tarde" y un beso amistoso en mi mejilla me sacaron de mis pensamientos.
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Confesiones de un corazón juvenil
Non-FictionVivencias, dolores, risas, pero más que nada, amor e inspiración.