Gritos de las miradas

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Cuando vives en una ciudad grande y sobre habitada, no sueles darte cuenta de muchas cosas, ves la gente y oyes los carros pero rara vez te detienes a observar a las personas y a escuchar realmente los estruendosos sonidos de las calles.
A veces ni siquiera te notas a ti mismo, no eres totalmente capaz de ver lo que te sucede, o siendo capaz ignoras completamente la sensación porque sientes que siempre hay más ahí afuera, siempre pasan más cosas pero nunca puedes ver los sentimientos, siempre tienes que ver las apariencias y basarte en ellas para sacar conclusiones.
Dedique parte de mi día a leer esas miradas empezando por las más cercanas, jamás la mía, claro; pero la de mi madre por ejemplo es una mirada algo enferma y de preocupación, la falta de empleo y de dinero podrían desesperar a cualquier persona acostumbrada a ambos factores, pero sobretodo acostumbrada a estar ocupada siempre. Luego ví algunas en el bus, de cansancio, pereza, y unas de hambre, y algunas de problemas. Ví una que me causó bastante curiosidad y fue porque se sentía el llanto en el aire, era como si gritara sufrimiento y nadie pudiese escuchar el desespero.

Llegué a clase de inglés y no abandoné mi propósito, y entonces lo noté, descubrí que jamás pongo atención a las demás miradas de esfuerzo, cansancio, dedicación, alegría, energía, sufrimiento, frustración y demás que tengo cada martes observando. Y ví la de un compañero, él es del tipo de personas que no hablan y regularmente cuando intentas sacarles una palabra te hacen sentir como el ser menos adecuado en la vida, pero supongo que respeto su manera de ver la vida y a las personas. El caso es que jamás me había puesto a pensar en que pasaba en su vida, nunca me había interesado realmente, por la sensación de inadecuada y de fastidio que causa en las personas, o en mi (no puedo hablar de lo que sienten los demás), me repele completamente y había decidido hacer lo mismo con él, pero dado mi propósito del día no podia hacerlo también hoy. Y ví su cansancio habitual, como la pereza normal que tenemos todos los seres humanos, pero acompañado de más sentimientos negativos, no podría decir exactamente cuáles, pero es ese tipo de miradas que te dicen que algo pasa.
Entendí que a veces no observamos para evitar sentirnos comprometidos a solucionarle la vida a los demás, o simplemente porque ni siquiera estamos comprometidos por nuestra vida y la solución a ella que no somos capaces de ser parte de la solución de alguien más .

Confesiones de un corazón juvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora