Anoche, antes de dormir, me quedé pensando en mis sábanas y en mi cubrecama, en su color azul en distintas tonalidades, y en lo inmenso que puede ser este color.
Soñe con el mar, un mar enorme, calmado, pero abismalmente grande. No tenía inicio ni fin, no podía distinguir cual era el norte, el sur; y menos mi camino a casa.
Yo estaba en una balsa, sentada, enfrentando una situación a mí parecer aterradora , porque respeto al mar y su inmensidad, lo que guarda, lo que calla y lo que esconde, pero sobretodo, respeto su habilidad para arrodillar a la raza humana, y enseñarle , tal cual como lo hace el resto de la naturaleza, que nuestra especie no es más que un minúsculo ser en una gran extensión y que sin la naturaleza, seríamos polvo o tal vez menos, y admiro cómo puede pasar de la calma y la paz a la tempestad y el pánico; y realmente eso me aterraba más.
Me quede pensando en que era posible que no saliera de allí, así que empecé a visualizar a todas las personas importantes en mi vida, como si las tuviera de frente reunidas en mi lecho de muerte, agradeciendo a cada una por estar ahí, y aunque tenía mil peticiones que podía hacer, quise hacer esta y solo está :
"Espero haber dejado huella, y solo quiero pedir algo: por favor no finjas que te importo, si estás aquí por compromiso retirate con dignidad y respeto a todo lo que pudimos hacer. Por favor no me hagas creer que soy especial para ti si jamás demostraste que así fuera. No espero tu lastima, espero tu sinceridad y no por lo que fui o he sido, sino porque así como tú mereces la verdad yo merezco que me la digas también. "
Desperté con una sensación de calma, y me di cuenta que a pesar de que siempre se me ocurre pedir muchas cosas, solo quiero tener esa, la certeza de que, por favor, así como mis sentimientos y emociones hacia los demás son sinceros, los de ellos sean iguales conmigo; y qué sus acciones y detalles hablen de eso.
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Confesiones de un corazón juvenil
NonfiksiVivencias, dolores, risas, pero más que nada, amor e inspiración.