Capítulo 21: Pésimas Secuestradoras

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— Chicas, ya es suficiente. — pido haciéndoles reír.

— ¡Estás siendo secuestrado será mejor que guardes silencio o ya verás! — me advierte Freya entre risas.

— Ten un poco de paciencia, ¿si? — asiento ante la petición de Astrid.

— ¿Me puedo quitar la venda? — pido.

— No… no vas arruinar la sorpresa. — me regaña, Danille.

Suspiro con pesadez. — La jaula de luz fue necesaria, digo solo tenían que decirme y iría con ustedes a cualquier lugar.

— Se los dije. — riñe, Astrid.

— Gabriel estás matando la diversión solo déjanos secuestrarte, ¿quieres? — asiento con una sonrisa burlona ante la petición de Leila.

— Okay. — levanto mis manos en señal de rendición entonces se detienen y percibo como Freya nos lleva a otro lugar.

— Llegamos. — anuncia, Freya entonces la jaula de luz desaparece y Leila me ayuda a quitarme la venda.

— ¡Wow! — digo muy asombrado al ver un hermoso paisaje en lo más alto de Ridley Hills, el aire es muy fresco y los rayos del sol acarician mi piel dejando una sensación muy agradable.

— ¿Te gusta? — asiento esto es increíble.

— Si, es muy hermoso. — admito, mientras me giro para verles y en ello Freya extiende sus brazos hacia los lados trayendo varias cosas del pueblo tal parece que es como un campamento.

— Bienvenido a nuestra noche de chicas, bueno invitamos a Rebekah pero no pudo venir. — expone un poco inconforme por lo último.

— ¿Si es una noche de chicas que hago yo aquí? — pregunto con un ápice de diversión.

— Bueno… si eres nuestro invitado estrella ya que estás embarazado. — asiento al entender.

— Pero para que quede claro estar embarazado no me hace una chica ni mucho menos femenino. — aclaro.

— Si, gran macho. — nos reímos entonces se escucha algo venir a prisa y  luego vemos que es Jean en su forma lobo.

— Jean. — le nombro entonces se acerca para olfatear un poco mi rostro entonces acaricio un poco su pelaje marrón claro.

— Hueles a bebé. — dice Astrid excusado la acción de Jean.

— Lo sé, Elijah me lo dice todo el tiempo e incluso creo que a veces se droga con mi aroma. — bromeo.

— Si, es muy fuerte, de hecho sólo puedo percibir tu aroma de todos los que hay aquí. — confiesa entonces noto como Jean hace retroceder su forma lobo entonces desvío mis vistas a otro lugar por respeto.

— Es porque tus bebés son parte lobo por eso su aroma es muy fuerte. — nos explica, Jean.

— Eso lo explica. — digo retirando la chaqueta para ponerla sobre sus hombros.

— Esto no es tuyo, ¿verdad? — niego.

— Es de Elijah, es como dos tallas más grande, me gusta su aroma. — expongo un poco apenado.

— No hay porque sentirse avergonzado, debo admitir que cada lobo, híbrido y felino del pueblo tiene algo con el aroma de quién él o ella ama. — expone con total seguridad entonces Freya se acerca a nosotros y con chasquear sus dedos viste a Jean.

— Gracias, pensé que Gabriel se iba a dormir de vergüenza. — me sonrojo abruptamente ante su acusación.

— Ustedes son muy exhibicionistas. — argumento y Jean me da la razón sin vergüenza alguna.

En Tierra de Lobos II© [Completa] (Corrigiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora