Capítulo 52: Nuestros Orígenes

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… 6 meses atrás …

Narra Elijah

— Gabriel. — llamo a su puerta dándole dos toques y poco tiempo después lo escucho acercándose así que doy un profundo respiro para tomar valor.

— Hola. — me saluda abriendo la puerta con una pequeña sonrisa plasmada en su rostro, su aroma me indica que está feliz por alguna razón que desconozco.

— Eh… ¿Quieres comer pastel con helado? — propongo con un evidente nerviosismo haciéndole reír, ¡Dios! Adoro que se ría de mis chistes o de mi, no estoy muy seguro en realidad.

— Si me gustaría mucho. — responde así que doy un paso atrás y él cierra la puerta de su habitación para que podamos dirigir nuestros pasos hacia la cocina.

— Está casa es enorme. — menciona cuando bajamos las escaleras y por estar observado todo casi resbala pero lo tengo de su mano en un movimiento un poco rápido.

— Gracias, eso fue muy veloz. — me agradece un poco apenado e impresionado.

— De nada. — digo disfrutado un poco más de la suavidad de sus manos pero luego se la devuelvo para seguir hacia la cocina.

— ¿Jenna no se va enojar por esto? — se preocupa.

— No te preocupes por eso, ella no se enoja por cosas así sino todo lo contrario. — digo, mientras enciendo la luz de la cocina cuando nos adentramos en ella.

— ¿Sabes porque me adoptó? — pregunta con curiosidad y no se como responder a esa pregunta.

— Yo… — digo pero termino guardado silencio para pensar algo ingenioso que decirle.

— No muchas personas adoptan adolescentes por eso te lo pregunté pero creo que tu no sabes porque lo hizo ¿verdad? — pregunta con un ápice de diversión.

— No lo sé en realidad pero lo que sí sé es que ella está muy felíz que estés aquí con nosotros. — expongo dejándolo muy contento por ello, mientras me acerco a la nevera por el helado.

— Cuéntame algo sobre ti. — pide y yo agradezco al cielo que estoy de espaldas porque mis vistas se han transformado.

— Pues… no hay mucho que contar. — digo apretando mis párpados para volver mis vistas a la normalidad para sacar el tarro de helado y cerrar la nevera.

— Eso no es verdad. — me contradice con un tono divertido.

— Nací con una anomalía en mis ojos que hace que parcialmente uno se vea diferente que el otro. Yo creo que me veo extraño pero los chicos dicen que es genial. — digo con un ápice de diversión dejando el helado sobre la mesa para ir por el pastel.

— Lo es. — afirma, él.

— Lo dice el moreno de ojos verdes. — bromeo, mientras saco el pastel del horno ya que Jenna siempre lo deja allí.

— Lo dice el aparente chico americano que a veces se le sale el acento británico. — expone dejándome un poco extrañado, pensé que lo había neutralizado.

— Me atrapaste. — admito mi derrota con un tono burlón dejando el pastel sobre la mesa para buscar unos tazones, cucharas, un cuchillo para cortar el pastel y un sacabolas de helado.

— ¿De dónde eres? — pregunta con curiosidad.

— El reino unido. — me limito a contestar y eso parece saciar su curiosidad porque ya no pregunta nada más.

— Hay algo muy familiar en esta casa. — menciona un poco extrañado por ello.

— ¿Familiar? — inquiero sirviendo el pastel en ambos tazones para seguir con el helado.

En Tierra de Lobos II© [Completa] (Corrigiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora