Capítulo 54: Oscuridad profana

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Narra Matthew

— ¡Matt! — se queja Thalia dándome un pequeño empujón.

— ¿Qué? — cuestiono un poco enfadado.

Niega con desaprobación. — Ya basta. 

— Ese… sujeto no deja de… — voy a decir pero mejor guardo silencio.

— Auckland es como si fuese un niño y Rolan sólo le está enseñando como divertirse. — argumenta un poco extrañada por mi comportamiento pero el extrañando soy yo porque ella siempre está molesta con él pero ahora lo está defendiendo.

— Pensé que lo odiabas por arruinar tu futuro amoroso con chicos del Instituto que en realidad no existían. — expongo con un tono sarcástico haciéndole reír.

Suspira con pesadez. — Rolan siempre consigue todo lo que quiere sin hacer ningún esfuerzo.

— El monstruo de los celos ataca de nuevo. — me burlo pero es algo que ella no le causa mucha gracia.

— Tus celos son peores que los míos. — se defiende. — Ustedes dos tienen una conexión más fuerte que la nuestra desde aquella vez que bebiste de su sangre, además ustedes son asquerosamente melosos uno con el otro sino fuésemos hermanos no me extrañaría que te fijarás en él. — expone con un tono acusador haciéndome reír.

— Thalia a mi no me gustan los chicos y si eso llegara a cambiar no sería por nuestro hermano. — argumento pero ella no se ve muy convencida de ello.

— Dígamos que te creo. — dice antes de incorporarse de la banca donde estamos para dirigir sus pasos al puesto de comida más cercano, ella siempre ha tenido un gran apetito como Papá Elijah.

— Te apareces mucho a tu padre. — dice un mujer  desconocida acercándose a mí dejándome un poco asustado porque no se de donde ha salido.

— ¿Conoces a mi padre? — pregunto con cierta desconfianza y ella asiente con una pequeña sonrisa plasmada en su rostro.

— Conozco a tu familia. — revela.

— ¿Cómo te llamas? — le pregunto pero ella guarda silencio.

— Te lo diré después ¿si? — pide tomando asiento a mi lado y yo asiento un poco extrañado por ello.

— ¿Qué eres? — pregunto llamado su atención después de incómodo silencio.

— Un Cælzius ezhüspare. — responde dejándome indiscutible expresión de WTF en mi rostro.

Trago saliva con dificultad. — Okay, no estoy sentado junto a una asesina multiverso que me puede patear el trasero.

Se ríe bajito. — No se le patea el trasero a la familia, bueno al menos que sea necesario.

— ¿Familia? — inquiero incorporo mi trasero de la banca pero ella me detiene del brazo compartiendo una memoria conmigo que me deja tan desconectado que nisiquiera puedo pensar con coherencia.

— Me costó mucho pero finalmente convencí a Sentinel que me dijera que estaba sucediendo. — expone llamado mi atención.

— Al parecer los tres somos morenos de ojos verdes. — hago una observación dándole entender que sé quién es ella.

Se ríe bajito. — Eres tan listo como él. 

— En definitiva Tía Elena. — afirmo recordado algo importante quedándome un poco alarmado.

— Nadie del Ministerio lo sabe. — me dice antes que sufra un ataque de pánico.

— Confía en mí. — pide entonces le doy un abrazo pero en ese momento mi existencia es llevada a otro lugar donde se puede apreciar las enormes dunas de arena, el sofocante calor del Oriente y no hay nada más que nosotros en kilómetros.

En Tierra de Lobos II© [Completa] (Corrigiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora