Epílogo

255 19 0
                                    

Tres meses después

—Sé que estás aquí —digo mientras dejo los libros de sociología sobre el mesón de la biblioteca y él se ríe al sentirse descubierto.

—Puedo oler tus nervios desde aquí —se burla acercándose por mi espalda para tomarme del brazo izquierdo para girar mi cuerpo en un movimiento suave con el fin de que pueda verlo—. No tienes porque temer amado mío si yo estoy a tu lado —dice llevando mis brazos alrededor para llevar sus manos a mi cintura para introducirlas bajo mi buso dejándome disfrutar de la calidez de sus manos en mi espalda baja.

—Se nos terminaron las vacaciones de verano —expongo con cierta incredulidad y él sólo se encoge de hombros como si nada fuese a cambiar de mañana en adelante.

—Este año ha sido… —se queda sin palabras haciendo una mueca muy graciosa—. Una locura, bueno en el buen sentido de la palabra —dice un poco después de procesar nuestras locas aventuras.

—En definitiva —le doy la razón mirándole directamente a los ojos entonces él me da un abrazo en el que me deja sentado en el mesón y por inercia separo mis piernas para que se acomode entre ellas.

—Al final nada nos hace más felices que alguien te enseñé a volar sin necesidad de tener alas. Tu eres, fuiste y siempre serás el lindo chico que me recordó porque debo seguir amando. Te amo por amarme tal y como soy, sé que soy un manojo de torpeza y digo muchas tonterías pero siempre voy a sostener tu mano cuando lo necesites —me dice con un tono muy especial dejándome sumido en su cariño que siempre me ha parecido tan indispensable para mi vida desde que lo conocí.

—Mi salud mental te lo agradece —bromeo levitando un libro de una mesa cercana a mi mano y cuando lo tomo tengo una especie de visión en donde veo a lo que parece ser un ángel que va cayendo del cielo en una llamarada de fuego pero esta termina cuando mi esposo me toma de la manos.

—¿Estás bien? —se preocupa.

—Si… eso creo —balbuceo dejando el libro sobre el mesón para marcharnos ya que mi esposo ha vendido por mi para llevarme a casa ya que estaba dando una clase de verano extra para algunos chicos con problemas académicos.

—¿Qué fue lo que viste? —pregunta con curiosidad al notar mi inquietud al caminar por los pasillos del instituto.

—Vi a un ángel caer del cielo —respondo a su pregunta dejándolo un poco extrañado por ello—. No sería nada extraño considerando que hay un Leviatán viviendo en el pueblo o que nuestro pequeño sea un caballero infernal —hago esa observación girando en el pasillo de la derecha que nos lleva a las escaleras del primer piso que nos llevará a la salida  del instituto.

—Amo como le das sentido a las locuras del mundo —dice entre risas adelantándose unos pasos en las escaleras para esperarme abajo extendido su mano derecha hacia mí—. Tu familia te espera mi amor —me dice con un tono muy especial entonces bajo la escaleras con un tonta sonrisa plasmada en mi rostro para tomar su mano pero en ese momento ambos somos llevados a otro lugar, a un campo de maíz bastante alto para ser exacto.

—Extraño —se me ocurre decir tomando la mano de mi esposo para abrirnos campo entre el maizal hasta llegar a una zona libre en donde hay un viejo y oxidado tractor.

—¿Qué está sucediendo? —pregunta mirando a nuestro alrededor y yo me encojo de hombros porque no tengo la menor idea el porqué o quién nos trajo aquí.

—No lo sé —digo intentado percibir si alguien más está aquí pero hay algo raro en este lugar.

—Gabriel Shepard y Elijah Jackman —nos nombra una chica de color que está vestida como una traje y gabardina color mostaza—. Lamento haberlos traído así fue necesario ningún ser celestial desde las reliquias del tiempo pueden entrar a Ridley Hills sin ser detectados por el Leviatán quien no es nuestro mayor fan después de haberlo intentado extinguir en más de una ocasión —nos dice la mujer revelando esa información dejándonos muy sorprendidos por ello.

—¿Quién eres?¿Por qué nos has traído aquí? —mi esposo le hace las preguntas correctas.

—Mi nombre no es lo importante sino esto —dice extendiendo su mano izquierda hacia nosotros donde invoca una esfera de cristal blanca—. Es una profecía —antepone antes que lo preguntemos.

—¿Sobre qué? —le pregunta mi esposo con curiosidad entonces ella se la entrega en sus manos.

—No sobre qué sino quién, estoy segura que en las visiones encontrarán las respuestas que necesitan y con el tiempo todo tendrá sentido —nos dice un tanto de paranoia como si alguien nos estuviese viajando y en ese momento la bola de cristal emite un destello de luz muy enceguecedor que nos obliga a cerrar nuestros partidos y cuando esta luz baja su intensidad la mujer se ha ido y estamos quien sabe donde.

—Cool tenemos una profecía —se le ocurre decir a mi esposo agitando la bola de cristal cerca de su oído haciéndome reír entonces extraigo mi móvil de mi su chaqueta para ver en en dónde demonios estamos.

—¡Genial! Estamos en Kansas, Missouri —expongo con un tono sarcástico al leer la ubicación del GPS de mi móvil—. Pero está bien sólo estamos en otro estado puedo llevarnos a casa —digo extendiendo mi mano libre hacia al frente para crear un portal que nos lleve al instituto porque dejamos el auto en el estacionamiento.

—¿Y si vamos a comer algo primero? Debe haber algún lugar que podamos ir —propone con un tono divertido haciendo que pierda la concentración y el portal se cierre.

—Elijah somos padres de tres niños que nos necesitan no podemos perdernos de la nada a comer quien sabe que en kansas, Missouri —le reprendo con un tono serio pero termino riéndome.

—¿A que sí podemos? —me contradice extrayendo su móvil del bolsillo trasero de sus pantalones para hacer una llamada.

—Hola Danielle ¿Les gustaría venir a Kansas, Missouri y traer a los niños con ustedes? Gabriel puede abrirles un portal cuando estén listas —le propone con todo el ánimo del mundo y luego de un momento mi esposo hace baile de celebración muy gracioso haciéndome reír.

—Eres un tonto —me burlo cuando él cuelga la llamada.

—Pero soy el tonto que te hace gemir —es imposible no reírme de eso sólo le faltó la música de fondo para el meme.

—Touché  —le digo haciéndole un guiño para concentrar una gran cantidad de mi energía para traer su auto a unos pasos de nosotros

—¡Wow! — exclama muy sorprendido por lo que acaba de hacer entonces sin que lo vea venir introduzco mi mano en el bolsillo delantero de sus pantalones para tomar las llaves del auto.

—Uuuyy eso fue sexy —me da gracia que lo diga entonces le quito el seguro al auto para tomar la bola de cristal de sus manos y dejarla en la guantera pero también dejó mi chaqueta en el asiento del copiloto.

—Ahhh ¿Con que muy sexy? —cuestiono con un tono coqueto cerrando la puerta del auto para ir a por mi esposo porque tiene razón fue muy sexy y tenemos unos minutos antes de que las chicas nos llamen.

Fin

En Tierra de Lobos II© [Completa] (Corrigiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora