En Tierra de Lobos II© [Completa] (Corrigiendo)

Capítulo 26: Triángulo del poder ❎

Narra Gabriel

- ¿Pusiste dormir algo anoche? - niego divertido.

- Ninguno de los dos, debimos hacer una pijamada, ver un maratón de películas o algo así. - expongo haciéndole reír.

- Teníamos que reunirnos con Nadia para charlar sobre esto, cosa que no fue muy divertido. - expone fastidiado.

- Hay algo que no nos están diciendo. - asiente cabizbajo.

- Yo vi lo que pasó aquella vez, lo que no logras recordar. - declara dejándome muy sorprendido.

- ¿Maté a muchas personas? - pregunto pero guarda silencio bajando sus vistas a sus manos.

- Si a unas cuantas. - lo dice como un susurro.

- Lo sabía reconocía cierta oscuridad en mi interior, se pudo cambiar lo que hice pero eso no cambia que fui capaz de hacerlo. - digo con seriedad.

- ¿Conoces mis poderes? - pregunta tratando de cambiar de tema.

- Si, lo leí... son las arenas del tiempo, un poder tan raro como el mío aunque los poderes de tu hermana son aún más extraños que los nuestros. - concuerda con una sonrisa burlona.

- El faro sobrenatural, el nemetón... la madre de todo. - menciona vagamente.

- ¿La madre de todo? - cuestiono entonces entrecierra sus párpados, seguro se le escapó.

- Si, así se le llama después de todo. - confiesa.

- ¿Qué planean? - se hace el desentendido.

- Nada bueno - se ríe.

- ¿Hay algo que quieras compartir conmigo? - pregunto dejándolo un poco pensativo notando algo importante, tiene muchos rasgos de ambos.

- Tenemos mucha familia aquí en el pueblo y fuera de el pero la sensación de vacío no se ira, no si no quieres. - dice haciendo énfasis en lo último. -, Deja que papá compre, haga y deshaga lo que quiera y cuando sea el momento dile que sí. Sé que lo amas pero aún hay muchas cosas que debes aprender de él que él debe aprender de ti. - menciona como si fuese cualquier cosa pero no es así, dio justo en mis inseguridades.

- Te pareces a mi pero eres como tu padre, sus palabras son certeras y dulces, sabe como hacerte reír e incluso en los peores momentos. - digo, mientras llevo mis manos a su rostro y el sonríe como un niño pequeño.

- Cuando haces esto se transfiere energía pura a los demás, le das calma y deja una sensación muy abrumadora en todo lados es como si los problemas se fueran, imagínate por un momento lo que siente papá cuando lo besas. - sonríe pequeñito al decir esas palabras.

- Si, sé como se siente y creo que necesita un psiquiatra. - nos reímos.

- Lo tienes loco. - dice entonces se escucha alguien venir por el pasillo. -, Es la abuela, bueno tía abuela.

- Déjame hablar a mi. - le pido cuando la figura de Tía Jenna se adentra en la biblioteca de nuestro hogar.

- Hola, lo siento vine lo más rápido que pude. - se disculpa, mientras revisa el contenido de su bolsa.

- Tía Jenna. - le nombro llamado su atención entonces posa sus vistas en mi hijo.

- Hola, soy Jenna Bryant. - se presenta amablemente.

- Lo sé, Abuela. - le nombra dejándola muy confundida.

- ¿Abuela? - inquiere un poco desconcertada.

- Soy el bebé misterioso y Thalia está corriendo por el bosque junto a papá junto ahora. - expone sacándole una hermosa sonrisa.

- ¡No puedo creerlo! - se emociona.