Capítulo 55: Destino cruel

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Narra Elijah

— Por favor, despierta. — escucho una voz masculina en mi cabeza entonces separo levemente mis párpados encontrándome con una forma borrosa así que parpadeo un par de veces para enfocar mi vista.

— Ey, ey, ey… despacio. — pide el hombre dueño de esa voz con el ceño fruncido entonces cierro mis párpados por un momento para olfatear su aroma que me indica que es un hombre oso. 

— ¿Dónde estoy? — me pregunto en mi interior mirando todo el lugar, parece una cabaña del poblado, estoy en una cama de la enfermería.

— Elijah. — escucho la voz de David pero estoy demasiado débil para siquiera moverme.

— Tranquilo, todo esta bien. — me intenta el hombre tranquilizar pero los recuerdos de mi esposo protegiendo a nuestros hijos de unas extrañas criaturas que brotaban lo hace imposible.

— Podrías dejarnos solos, por favor. — pide David y apenas logro ver como el hombre asiente antes de marcharse.

— Lamento no haberte despertado antes es que necesitaba pensar y estabas muy mal herido. — dice tomándome de la mano derecha pero apenas logro sentir su mano.

— Uhh… mi espalda duele. — digo apenas audible sacándole una pequeña sonrisa que termina sacándole las lágrimas.

— Pronto estarás mejor. — asegura llevando su mano derecha a mi rostro para retirar mis lágrimas de mis mejillas.

— Sácame de aquí debo encantar a mi familia. — le suplico luchando contra el horrible agotamiento que estoy sufriendo, debo tener heridas muy graves.

— Ahora no puedo llevarte a ningún lado pero prometo que si en unas horas estás mejor te sacaré de aquí. — asegura y en ese momento logro percibir su aroma, ha  cambiado.

—  ¿Qué te sucedió? — pregunto tratando de mantenerme despierto pero mis sentidos están un poco fuera de sí.

— Es como si pudiese mirar en el corazón de las inmensas tinieblas, seguimos en Ridley Hills pero tal parece que la oscuridad se apoderó de ella. — expone con un tono nostálgico tomando asiento en la orilla de la cama dejándome muy confundido pero mi cabeza me está matando entonces no le doy muchas vueltas al asunto.

—  ¿Todos murieron? — pregunto con un poco de dificultad esperando la cruda realidad.

— No lo sabemos pero algo siniestro le pasó a Ridley Hills y no he encontrado a nadie más que Terry porque afuera hay una interminable tormenta que parece tener mente propia porque ha intentado matarnos. — expone con evidente preocupación dejándome un poco ido en mis pensamientos.

— ¿Qué se supone que debemos hacer?¿Cuánto tiempo llevamos aquí? — pregunto haciéndome la idea que estamos por nuestra cuenta porque no percibo el aroma ni la presencia de nadie más que nosotros y el hombre oso.

— Terry dice que no transcurre el tiempo desde hace mucho, él nos encontró y ha cuidado de nosotros desde entonces. Nos movemos cada vez que la tormenta nos lo permite para buscar provisiones, él suele decirme que la tormenta percibe nuestra sangre por eso permanecemos ocultos pero sigo insistiendo que debe encontrar a Leila, creo que está aquí y sigue con vida, lo puedo sentir aunque no he dado con ella.

Suspiro con alivio. — Debemos encontrarla.

— ¿Crees que esté viva? — pregunta con añoranza dándome un poco de agua al percatarse que la necesito.

— Confía en tu instinto, si crees que ella está viva es que lo está. — digo alimentando sus esperanzas para mantener vivas las mías, pensé que no sobreviviría a esto pero sigo aquí.

En Tierra de Lobos II© [Completa] (Corrigiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora