Capítulo 44: Trazos del alma

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Narra David

- ¿Esperas alguien?, hay una mujer afuera. - dice Leila llamado mi atención.

- No, no esperaba a nadie. - digo un poco extrañado levando mi trasero del sofá para ir a ver de quién se trata.

- Creo que es la alcaldesa del pueblo. - me dice Leila entonces me apresuro abrir la puerta para encontrarme con mi suegra quién está a unos pasos de la entrada del porche de la casa.

- Señora Rhodes. - le nombro muy desconcertado por verla aquí porque al parecer ella no le agrado mucho.

- David. - me nombra al borde el llanto dejándome muy preocupado y desde aquí puedo oler que ha bebido.

- ¿Está bien? - le pregunto, mientras me acerco a ella y cuando estoy lo suficientemente cerca me abraza.

Solloza fuerte. - Tash me odia.

- Eso no es verdad, usted es su Mamá. - le digo respondiendo a su abrazo y nos quedamos así un rato hasta de deja de llorar entonces se aleja de mí.

Se ríe nostálgica. - Mi hijo... te adora porque eres su persona especial y pasa horas en su habitación cantando pero lo hace horrible antes ni siquiera me obedecía o se interesaba por mi pero desde que llegaste tu cambiaste su vida y eso me aterra, me aterra que cambie.

- Yo... - me interrumpe.

- Eres como su estrella porno o algo así y conozco tu pasado pero sé que las peores condiciones salen excelentes personas, eres muy bueno David. - dice y apenas la logro cargar cuando se desmaya pero solo se quedó dormida entonces tomo asiento en la escaleras del porche con ella en mis brazos.

Suspiro aliviado. - Me alegra que piense así pero no era necesario que estuviese ebria para que hubiésemos tenido esta conversación.

- Quizá necesitaba valor. - menciona Leila con un tono divertido.

- ¿Puedes ir por Tash? - le pido y ella asiente extendido sus brazos hacia los costados para marchase en un destello de luz entonces me incorporo para llevar a la señora Rhodes a la habitación de invitados para que este más cómoda.

Subo las escaleras, giro hacia la derecha y cuando me acerco a la puerta esta se abre por si sola ya que llevo las manos ocupadas entonces entro y con mucha delicadeza dejo a mi suegra sobre la cama, le quito sus tacones para dejarlos donde pueda verlos cuando despierte creo que así será más cómodo para ella. Finalmente salgo de la habitación y cuando me dirijo hacia las escaleras me encuentro con Tash.

- Ella está bien. - le digo antes de que pregunte, se me ve muy preocupado.

Traga saliva con dificultad. - No sé que haría sin ti.

- Lo sé, soy tu persona especial estrella porno que te obliga a cantar. - expongo dejándole un poco apenado.

Se ríe con incomodidad - Ay Mamá.

- Está bien no te preocupes, ella me dijo que soy bueno. - digo sacándole una pequeña sonrisa.

- Yo no la odio. - argumenta con un nudo en la garganta acercándose para darme un abrazo.

- Lo sé, tu no eres así. - digo respondiendo a su abrazo.

Se ríe bajito. - Solamente han pasado unas semanas y ya te quiero para el resto de mi vida, si sé que es tonto pero así es como me siento.

- Si yo también me siento así, pero... - voy a decir pero guardo silencio recordando las palabras de Elijah, debo decírselo pero el quiere transformarse tanto como yo.

- David. - me nombra Tash sacándome de la profundidad de mis pensamientos.

- Tenemos que hablar. - digo con un tono serio dejándole muy desconcertado.

En Tierra de Lobos II© [Completa] (Corrigiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora