7

1.4K 127 20
                                    

NORA

Al acabar el castigo, entré a clase tan sólo unos diez minutos antes que sonara el timbre, quería aprovechar el tiempo perdido, a pesar de que no conseguiría nada.

Como me había informado Dafne, las habitaciones estarían abiertas una hora y media para así poder acceder a las duchas a nuestro antojo y pasear por el patio o visitar la biblioteca.

Ya había tenido suficiente dosis de biblioteca, por lo que opté sentarme a cenar algo con Dafne; una sopa de pescado y muslos de pollo.

—Es lo más bueno que probarás aquí —ríe, zampándose el muslo con gusto.

Hago una mueca, llevándome la cuchara llena de ese extraño caldo a la boca.

—Y dime, ¿qué harás la semana que viene en el día libre? —pregunta tras dar un sorbo a su bebida.

Me impacta saber que en pocos días sería el permiso. A penas me había preguntado cuando sería, y eso que lo deseaba como nada.

—Visitaré a mi novio —comento.

—¿Dónde vive? —pregunta, interesada.

—En el reformatorio del condado de al lado —contesto entre dientes.

—¿Vas a desperdiciar un día entero viajando al otro condado? —pregunta, incrédula.

Asiento con la cabeza.

—¿Tienes la certeza de que él te estará esperando?

—Claro —murmuro.

—¿Y por qué no cuando sea el permiso de llamadas quedas con él en un punto intermedio? —me mira pensativa—. Das su nombre y apellidos a su correccional, y así podrás hablar con él.

—Eres una genia —sonrío, agarrando su mano.

—Lo sé —la aparta—. Te lo digo por experiencia, yo también he tenido novios en otros centros y la cosa no acabó muy bien... —hace una mueca—, es mejor que te cerciores por teléfono de que todo sigue igual con él, para no llevarte un chasco luego...

Estaba segura de que entre Ryan y yo las cosas permanecían iguales. Nos queríamos y esto no significaba nada para nosotros.

—Si la cosa sale mal puedes venirte conmigo a una fiesta. Van todos los correccionales cercanos.

—He ido a esa fiesta —suspiro, recordando la jodida resaca que tuve al día siguiente —, pero pasaré el día con Ryan.

—No quiero que te lo tomes a mal pero quizás tu novio se está follando a otra —un gota de sudor recorre mi espalda—. Es difícil mantener una relación a distancia y sin comunicación.

—Confío en él, Dafne.

No entendía que tipo de relación había tenido ella, pero cuando dos personas se quieren, la distancia no es un obstáculo.

COLEMAN

—¿Y bien? —Candice da vueltas a mi alrededor, provocativa—. ¿Qué es lo que quieres saber, Jude?

Odiaba que me llamara así; mi nombre era algo que tan sólo sabían un par de personas, y que ella lo usara para tener un contacto más íntimo conmigo me molestaba. Me obligo a callarme y no reprochárselo, necesitaba respuestas.

—La nueva... ¿Scott? —me hago el loco.

—La novata —asiente, aferrándose a mi camiseta—. Pasas mucho tiempo con ella.

—Por el castigo, preciosa —gruño.

—Tú te lo buscaste el día del cacheo... —susurra en mi oído—. Pobrecita, quería ocultar ese cuerpo. No me extraña, yo también lo haría.

Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora