Muchos años después...
—¡Dafne! —el grito de Jude vuelve a perforar mis oídos —. ¡Quieres estarte quieta! ¡Vas a llegar tarde al colegio, joder!
—¡Jude! —reprocho, mirándole con cara de asesina ante su vocabulario.
Era una escena de lo más graciosa. La pequeña Dafne corría tras Bolita, uno de los bebés de Boliche, concretamente su favorito. Tras ellos, Jude, con la corbata mal abrochada y con la mochila pequeña de Dafne colgada en sus hombros.
Suelto una carcajada ante tal situación y me siento en el sofá, al lado de Perla, la novia de Boliche, junto a sus tres cachorros.
Durante el embarazo me encapriché en buscarle compañía a Boliche, adoptando a una perrita husky preciosa. El error fue que creímos en todo momento que era un macho y cuándo nos enteramos, ya le habíamos cogido demasiado cariño. Tampoco pensamos en esterilizarla y entre una cosa y otra, pocos meses después nacieron cuatro cachorrillos.
—Dafne, haz caso a tu padre —ruedo los ojos y me levanto, Justo atrapándola por su brazo. Era comienzo de curso y tan sólo le faltaba un año para acabar infantil.
Suelta un rugido y se acerca a Jude con aspecto serio. Casi cinco años y era más lista que ambos. Salta para intentar coger su mochila hasta tenerla entre sus manos, se sienta en el suelo y rebusca en un bolsillo hasta sacar un labial negro.
¿Qué?
Suelto una carcajada y rio mucho más al ver la cara de Jude, totalmente descompuesta.
—¡De eso nada! —le arrebata el labial y lo guarda en su bolsillo.
—¡Papi, eres tonto! —se cruza de brazos y le da la espalda, situándose justo detrás de la puerta, esperando a qué Jude salga a acompañarla cuando justo pase el autobús —. Tengo más.
Se encoge de hombros y me acerco a ella, agachándome a su altura.
—No le hables así a papá, que luego se pone triste...
—Os estoy escuchando —gruñe éste.
Saco la lengua a modo de burla y le doy un beso en la mejilla a la pequeña, deseándole un buen día. Ésta sonríe y corre de nuevo a por Bolita para estrujarlo en sus brazos y dejarle la cara llena de besos.
Aún recuerdo cuando el verano pasado casó a Boliche y Perla. Fue de lo más gracioso; hicimos una iglesia en el jardín, dejándome a mí todos los preparativos.
No sé a que me recordaba eso...
Asistió toda la familia, incluido el tío Mike, que a petición de la pequeña, tuvo que vestirse con un vestido largo rosa y una corona de flores creada por ella. Mike se negó en rotundo, pero al ver cómo las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas, no tuvo más remedio que ceder.
—Llegamos tarde, va papi —Dafne se apresura a la entrada y mira cabreada a Jude, que se queda atónito ante el vacile de su propia hija.
Doy media vuelta y sigo tomando mi café con leche antes de ir a trabajar. Cojo la taza y me detengo en el precioso anillo dorado y reluciente que descansa en mi dedo anular. Tenía un bordado de diamantes pequeños, dando paso a un gran pedrusco, tampoco exagerado, que adornaba mi mano.
—Señorita Coleman, le queda de maravilla ese anillo —un beso en mi mejilla me sorprende y entre risas, giro la silla en su dirección.
Besos su labios soltando un suspiro.
—¿Ya la han recogido?
Asiente y acaricia mi mejilla con suavidad, poniendo toda mi piel de gallina.

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Caminos cruzados
Romance"SUS CAMINOS ESTABAN CRUZADOS, Y POR MUCHO QUE ELLOS QUISIERAN NEGARLO, SIEMPRE SE VOLVERÍAN A ENCONTRAR." Desde bien pequeña, Nora Scott, había presenciado las palizas que recibía su madre todos los días por parte de su padre. El entrar en un corre...