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—¡Déjala! —oigo los chillidos confusos de Dafne, mientras mi cabeza sale y se sumerge, una y otra vez, en un barril de agua.

Noto como las manos de Ryan tiran de mí y me dejan caer al suelo. Automáticamente empiezo a vomitar el agua que hay en mis pulmones y a toser como una descosida. Jadeo sin parar y observo cómo Dafne me mira con lágrimas en los ojos.

—Estoy bien —la tranquilizo entre quejidos. Hago fuerza con mis manos y me apoyo contra la pared.

Parece ser un milagro cuando la puerta se abre haciendo un ruido estruendoso y aparecen Jude, Evan y por último Mike.

Ryan no pierde el tiempo y no tarda en correr hasta nosotras y apuntarme con la pistola en el pecho. Cierro los ojos.

—Levantaos —Ryan sin separar la pistola, agarra a Dafne por el brazo y la levanta. Conmigo hace lo mismo, y suelta una mirada amenazadora a Dafne para que no se mueva.

Mi mirada se cruza con la de Jude, que al ver lo que apunta justo en mi corazón, se lleva las manos en la cabeza y aparta a Evan y a Mike, que parecían decididos a enfrentarse a Ryan.

—¿Vosotros también? —Ryan ríe y observa a cada uno de ellos. Escucho la reparación de Dafne atolondrada.

—Hijo de puta, suéltalas —Mike habla con voz temblorosa. Su vista no salía de Dafne, preocupado y muerto de miedo por ella y por el bebé.

—Voy a llamar a la policía —Evan hace ademán para sacar el teléfono, pero Jude es rápido y le retira la mano, sin quitar la mirada de Ryan.

—Veo que aprendes rápido, Coleman —nos hace caminar unos pasos hasta quedar contra la pared, a muchos más metros de distancia que ellos —. Vais a hacer una cosa: me vais a dejar ir, ahora mismo, a Nora y a mí. A la gótica os la podéis quedar.

—Ni hablar —gruñe Jude.

—No estás en condiciones de reclamar nada, ¿no crees? —tira de mi pelo, haciéndome soltar un grito de dolor.

—Iros —logro farfullar entre lágrimas.

—No te pienso dejar, Nora —Evan me mira decidido, con las manos en puños.

Cierro los ojos deseando que todo esto acabe de una vez. La cabeza me dolía horrores y la pistola que apuntaba a mi pecho no lo hacía más fácil.

—Deja que se vaya —señalo a Dafne. Noto el cuerpo sudoroso de Ryan pegado a mi espalda y agarrándome con fuerza.

Ryan asiente y veo como Jude se acerca cauteloso a por Dafne, que se encuentra justo a la derecha de Ryan, temblando y en pleno ataque de nervios. No me da tiempo a parpadear, cuando con el rabillo de mi ojo derecho contemplo cómo Dafne agarra un pilar de madera y lo estampa en la espalda de Ryan, haciendo que éste se retuerza y caiga al suelo de rodillas.

Dafne coge mi mano y me levanta del suelo, ya que del impacto, yo había caído encima de él. Jude empuja mi cintura, haciéndome correr más rápido.

Un disparo suena en todo el pajar y todos nos giramos.

—Ni un paso más —Ryan se acerca a mí, manteniendo la pistola en alto, con una mueca en el rostro por el daño en la espalda —. No has entendido nada, Nora, tenías que irte conmigo. Tú lo has decidido.

Sus pasos son firmes de cada vez se acerca más a nosotros, apuntándome con la dichosa pistola sin ápice de temblor.

—Lo siento —suelta una carcajada —, no quería llegar hasta aquí.

Es suficiente rápido el sonido de recarga de la pistola cómo para saber que iba a dispararme. Antes de que suene el estallido del disparo, alguien se interpone entre la bala y yo, tirándome al suelo.

Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora