Capítulo 4

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Ya habían pasado cuatro días desde que Zoe llegó

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Ya habían pasado cuatro días desde que Zoe llegó. El submarino estaba a punto de subir a la superficie, ya que se estaban acercando a una isla y necesitaban provisiones. Los cinco nakamas estaban reunidos en la mesa de la cocina, planificando la estancia en la isla.

—Bien. Como comentamos hace tres días tenemos que comprar provisiones —explicó Law, mientras los demás miraban atentos—. He preparado esta lista con lo que necesitamos. Vosotros tres iréis a comprarlo todo y yo mientras acompañaré a Zoe a que se compre las cosas que necesite.

—Bien, pero... tendré que ir con tu camiseta porque... mi otra ropa está toda rota —comentó la chica, mientras se ponía de pie y comprobaba si la camisa cubría bastante.

—No pasaremos desapercibidos —comentaron Penguin y Shachi a la vez, mientras miraban a la chica con corazones en los ojos. Law apretó los puños con rabia. Estos dos energúmenos conseguían sacarle de sus casillas cuando se comportaban así.

—Sobre todo si la isla está llena de pervertidos como vosotros —comentó, mirándoles fríamente. Enseguida se pusieron serios—. Id preparando todo. En nada vamos a salir a la superficie.

Una vez anclado el submarino los cinco piratas bajaron a tierra firme. Era una pequeña isla en la cual había un pueblecito con varias casas, tiendas y mercadillos. Una vez llegaron al pueblo Bepo, Shachi y Penguin se dirigieron a la primera tienda, dejando solos a Law y Zoe. El capitán había estudiado el mapa de la isla y sabía dónde estaban las tiendas de ropa, así que comenzó a caminar mientras Zoe le seguía.

—¿Puedo ir enseñándote la ropa? Hay mucha y me cuesta elegir —preguntó Zoe desde el probador.

—Mmm... bueno... —contestó Law, no muy entusiasmado, mientras esperaba en una silla. Quién le iba a decir que acabaría en esta situación.

—Vale. Este es el primero, creo que me gusta porque es bastante cómodo para moverse y luchar —comentó Zoe mientras abría la cortina. Llevaba unas mallas cortas de color negro, bastante ajustadas. Arriba llevaba una camiseta blanca de manga corta que le dejaba al descubierto parte de la tripa. Empezó a hacer posturas, mientras le entraba la risa, para que Law viera bien el conjunto—. ¿Te gusta?

—Sí. Parece cómodo —comento brevemente, intentando apartar la vista de esas mallas tan ajustadas. Zoe sonrió y volvió a meterse en el probador. Law suspiró y se acomodó en la silla.

—¿Y esté? Es menos cómodo pero así no solo tengo mallas —Zoe volvió a correr la cortina y salió con unos vaqueros cortos, también ajustados, y una camiseta de tirantes también corta. Era de color rosa y tenía unos lacitos en los hombros.

—Está bien también —contestó Law, mientras observaba como ella hacia el tonto delante del espejo. Zoe estaba contenta, hacía mucho que no iba de compras.

Al final se compró esos dos conjuntos, las mallas se las compró en negro y en gris. También se compró unas negras largas, por si algún día hacia más frio. Compró varias camisetas básicas de tirantes y manga corta y dos sudaderas. Decidió comprar otro par de zapatillas negras, por si acaso. También cogió una minifalda negra y otra granate. Eligió un pijama rosa y varios calcetines largos, para cuando hiciera frío. Finalmente, también eligió varios conjuntos de ropa interior, aunque eso no se lo había enseñado a Law.

Una nueva vida «Law x OC/Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora