¿Has soñado alguna vez que estabas en el mundo de One Piece? ¿Te imaginas que Oda dibujara un personaje basado en ti? (Yo sí, ojalá xD) Es probable que no pase, por eso he decido crear uno. Ese personaje basado en ti se llama Zoe.
Al igual que el r...
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Unos cuantos días más pasaron. Law y Zoe no veían el momento de destruir la maldita fábrica, pero podía ser peligroso. No por los subordinados, que eran bastantes, sino porque no sabían cómo de poderosos eran Caesar y Monet. Si daban un paso en falso todo el plan se iría a la mierda.
Esa mañana, Zoe se levantó con un extraño presentimiento. Como si algo raro fuera a pasar. Law y Zoe estaban en la sala. Caesar estaba en su laboratorio, que conectaba con esa sala, pero tenía la puerta cerrada para que no le pudieran observar hacer los experimentos. Uno de los subordinados irrumpió allí, parecía preocupado.
—¡Maestro! Un barco está llegando a la isla —exclamó el subordinado, en frente de la puerta del laboratorio. Caesar abrió—. Parece que es el vicealmirante Smoker, del G5.
—Mmm... Es un tipo problemático. Esconded todos los barcos del frente. Nadie debe estar aquí. No deben descubrir nada sobre nuestra actividad. No saldremos —ordenó Caesar.
—Nosotros nos encargamos —dijo Law, tranquilamente, desde la silla. Caesar asintió y cerró la puerta otra vez. El subordinado salió corriendo para avisar al resto.
—¡Bien, un poco de acción! —exclamó Zoe emocionada, alzando el puño.
—¿No te lo has estado pasando bien? —le susurró Law, acercándose por detrás. Zoe se giró para sacarle la lengua.
Los dos se dirigieron a la puerta a la que supuestamente iban a llegar los marines. Law llevaba el abrigo negro, pero Zoe lo tenía en la habitación. Llevaba las mallas negras, una camiseta de tirantes gris y se puso encima la sudadera, también gris, que llevaba enganchada en la cintura. Después de un rato se empezaron a escuchar gritos desde fuera. Alguien pulso el timbre.
—¿Quién está viviendo aquí? ¡Salid! —gritaban los marines—.'¡Te arrestaremos seas quien seas! ¡Nadie puede estar en esta isla!
—Bueno, vamos a darles la bienvenida —dijo Law mirando a Zoe, mientras sonreía de lado. Ella asintió con la cabeza. Cuando Law abrió la puerta todos los marines se quedaron sorprendidos mirándolos—. ¿Qué te trae a nuestra casa de vacaciones, Cazador Blanco-ya?
—¡Trafalgar Law! ¿Qué hace un shichibukai aquí? ¡Vámonos Smoker-san! ¡Está loco! Envió los corazones de cien piratas a los cuarteles generales. ¡Da miedo! —exclamó uno de los marines.
—Ah, pero Zoe es tan guapa y adorable... —dijo otro de ellos con corazones en los ojos. Ella le fulminó con la mirada. Estaba harta. Quería acabar con todos.
—¡Silencio, inútiles! —exclamó Smoker. Después miró fijamente a Law—. Esta isla esta fuera de los límites incluso para aquellos que están relacionados con el gobierno.
—Bueno, eso significa que para ti también —dijo Law, provocándole, con su sonrisa de superioridad.
