Capítulo 41

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Llevaban un rato navegando y la mayoría seguía llorando por su amigo

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Llevaban un rato navegando y la mayoría seguía llorando por su amigo. Zoe esperaba sentada en una esquina del barco. Estaba pensando en cómo ponerse en contacto con Law después de rescatar a Ace. Le echaba de menos... Bueno, a todos, pero sobre todo a él. Quería volver al submarino. No quería que estuvieran preocupados por ella. Además... Ahora estaba retrasando los planes de Law. Los gritos de Luffy y Buggy peleando la sacaron de sus pensamientos.

—¿Qué? ¿Cómo que vamos al cuartel general de la marina? —exclamó un rato después Buggy.

—En cuanto cruzamos la puerta de la justicia nuestros únicos destinos posibles eran el cuartel general o Ennies Lobby —explicó Cocodrilo tranquilamente.

—¿Qué? —preguntó Buggy, asustado.

—¿Quieres tranquilizarte? Me pones nerviosa —se quejó Zoe, desde donde estaba sentada.

Empezó a cundir el pánico entre los ex prisioneros. Buggy incluso se lanzó encima de Jimbei para intentar hacerle cambiar de rumbo. En medio de todo aquel jaleo se escuchó el sonido de un Den Den Mushi. Era la marina. Señalaba a Luffy y Buggy como los principales cabecillas de la fuga. Al parecer Buggy era muy amigo de uno de los Yonkous.

—Sabemos que hay cerca de doscientos prisioneros en ese barco, entre ellos Jimbei, Cocodrilo, Ivankov y una de los supernovas, Zoe de los piratas de Heart —informó el marine—. No pensamos abriros la puerta y no podréis salir de la corriente, así que no tenéis donde escapar. No vais a sobrevivir.

—¡Voy a salvar a Ace, pase lo que pase! ¡Esperad y veréis! —exclamó Luffy antes de colgar. En unos segundos, los presos rodearon a Buggy.

—¡Ha estado en la tripulación del rey de los piratas! ¡Buggy es nuestro gran salvador! —exclamaron emocionados.

—Vaya... —murmuró Jimbei.

—Y es tan débil... —suspiró Cocodrilo.

—Pues menudo cobarde... —susurró Zoe.

—Parece que en todos los barcos tiene que haber una oveja negra —comentó Ivankov.

—Ah, es verdad. El viejo Rayleigh comentó algo —explicó Luffy.

—¿Qué? ¿Has conocido a Rayleigh-san? —preguntó Buggy sorprendido.

—¡Están hablando del Rey Oscuro! ¡Qué conversación tan interesante! —exclamaron los presos.

Zoe suspiró profundamente. ¿Qué le pasaba a esta gente? Por suerte, toda esta tontería sirvió para que Buggy y el resto de los presos se animara, así que ya no pondrían pegas para ir a Marineford.

Después de un rato más navegando por aquella corriente, por fin se veía la puerta de la justicia. Ya estaban cerca, aunque no estaba nada claro como conseguirían pasar. Las puertas empezaron a abrirse delante de sus narices. Nadie entendía nada. ¿Cómo era posible?

Una nueva vida «Law x OC/Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora