¿Has soñado alguna vez que estabas en el mundo de One Piece? ¿Te imaginas que Oda dibujara un personaje basado en ti? (Yo sí, ojalá xD) Es probable que no pase, por eso he decido crear uno. Ese personaje basado en ti se llama Zoe.
Al igual que el r...
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Acababan de anclar en una playa de la isla, la playa Rock Wall. Boa Hancock les dio órdenes específicas de que no podían pasar de allí, ya que no se permitía la entrada de hombres en la Isla de las Mujeres. De hecho, solo podían pisar esa playa porque Law se estaba encargando del cuidado de Luffy. Al parecer ella estaba loca por él.
Llevaban ya un buen rato sentados por ahí cuando de pronto se escucharon gritos de que venían del submarino. Todos se levantaron, excepto Law, y dirigieron su vista hacia allí. Se encontraron con Luffy, gritando como loco y saltando hasta la arena. Se acercó corriendo hacia ellos mientras gritaba y lloraba.
—Ahhhhhh! ¿Dónde está Ace? ¿AAACEEE? —gritaba una y otra vez.
Todos intentaban calmarle pero era imposible. Gritaba y golpeaba a cualquier cosa que se cruzara por su camino. Zoe, que estaba sentada entre Law y Jimbei observaba preocupada desde la distancia.
—Ha perdido el control por completo... —murmuró Jimbei- ¿Qué le pasará si le dejamos marchar así?
—Es simple. Sus heridas se abrirán y esta vez morirá —contestó Law, tranquilamente.
Jimbei se quedó unos segundos en silencio, asimilando la información. Zoe le dio un codazo a Law, por ser un borde y un bruto. Él le miró frunciendo el ceño. El gyojin se levantó y se fue. Pasó un buen rato desde el incidente hasta que alguien rompió el silencio.
—¿A dónde habrán ido esos dos? —preguntó Atsushi.
—¡Quién sabe! Pero no podemos movernos de aquí. Nos lo ordenaron —contestó Jean Bart.
—Pero... Es la isla de las mujeres... Me encantaría entrar en este reino —murmuró Shachi, sonrojado.
—Si entras morirás, idiota —dijo Penguin, también sonrojado.
—¿Pensáis que habrá alguna osa? —pregunto Bepo, emocionado solo de pensarlo.
–¡Es un reino de mujeres! —exclamaron los dos a la vez.
—Lo siento... —se disculpó Bepo, deprimido.
Zoe seguía sentada cerca de Law, mientras el resto seguía diciendo tonterías. Su capitán estaba mirando fijamente el sombrero de paja. No había vuelto a decir nada desde que Jimbei se fue. Seguro que en el fondo estaba preocupado por Luffy. De repente, se empezaron a escuchar unos ruidos extraños en el agua. Penguin cogió los prismáticos para poder observar mejor.
—¡Un rey marino! ¡Algo o alguien ha matado a un rey marino! —exclamó sorprendido.
Law y Zoe se giraron en silencio y miraron hacia donde señalaba sus nakamas. Alguien se acercaba nadando y poco a poco salía hacia la orilla. Era el viejo que estaba en la casa de subastas. ¿Había llegado nadando hasta allí? Era realmente sorprendente. O por lo menos eso pensaba la chica.
