¿Has soñado alguna vez que estabas en el mundo de One Piece? ¿Te imaginas que Oda dibujara un personaje basado en ti? (Yo sí, ojalá xD) Es probable que no pase, por eso he decido crear uno. Ese personaje basado en ti se llama Zoe.
Al igual que el r...
A partir de cuando Luffy y su grupo se van de Zou me lo he inventado. No hay spoilers.
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Todo iba perfectamente. Usando unas brochas, todos iban esparciendo la medicina por aquella gran herida. Aquel animalito que les había avisado no se equivocaba. Era una herida enorme y terrible. Debía de dolerle mucho, pero aun así, se mantenía calmado y dejaba le curaran pacientemente.
Todo iba bien hasta que el viento comenzó a soplar más fuerte. Las barcas empezaron a tambalearse. Zoe tuvo que dejar el pincel para poder sujetarse al borde y mantener el equilibrio. La cosa fue a peor. Una de las cuerdas de la barca se desenganchó. La chica estuvo a punto de caer, pero se quedó agarrada y con las piernas colgando. Dos minks se agarraron cada uno a una de sus piernas. Otro estaba también agarrado al borde y el otro a una de las cuerdas.
—¡Debemos soltarnos, sino la chica no aguantará! —le dijo uno de los minks al otro.
—¡No! No os soltéis. Tranquilos, aguantaré hasta que nos ayuden —gritó ella, para que pudieran escucharles. No tenía problema en aguantar el peso de los dos.
Zoe vio como un grupo de minks se caía de uno de los barcos que estaba cerca del suyo. ¡Mierda! No podía ayudar a nadie más. Algo los salvó de la caída. Era el brazo de Luffy. Suspiró aliviada. Unos segundos después, el elefante movió la pierna y la cuerda principal comenzó a tensar y, finalmente se partió. Los barcos comenzaron a caer.
—¡Seguid todos agarrados! —les ordenó Zoe, a sus compañeros de barco.
El barco no tardó en pararse de golpe. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para mantenerse cogida después de esa sacudida. Alzó la vista y vio que Luffy había cogido la cuerda. Todos los barcos se habían parado. Por suerte, Robin acabó de ayudarles. Creo una especie de telaraña de brazos usando su habilidad. Solo había que saltar, agarrarse y escalar.
—Vale. Voy a balancearme. Cuando estéis cerca saltad y agarraros —avisó Zoe, a los dos minks que estaban agarrados a ella. Los otros ya habían saltado.
—¡Sí! —exclamaron los dos a la vez.
Zoe empezó a hacer fuerza para balancear su cuerpo. Poco después los minks saltaron y consiguieron agarrarse. Volvió a hacer los mismos movimientos pero esta vez saltando ella hacia delante. Después de escalar hábilmente llegó a la cima. Se sentó y suspiró aliviada. Todo había salido bien. Se miró las piernas y vio que tenía marcas rojas donde había sido agarrada. Eso no era nada comparado con lo que podía haber pasado.
—¡Zoe-ya! —exclamó Law, que estaba llegando hacia ella. Zoe alzó la vista. Vaya, parecía enfadado. Se levantó rápidamente—. ¿Estás bien? ¿Estás herida?
—Estoy bien... —murmuró la chica. Law le examinó y tocó todas las partes del cuerpo para comprobar que estaba bien. Se paró en las piernas.
