Capítulo 12

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Ya era mediodía y los piratas de Heart se habían sentado en una de las mesas de un restaurante que había en el pueblo

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Ya era mediodía y los piratas de Heart se habían sentado en una de las mesas de un restaurante que había en el pueblo. Hacía buen día así que estaban fuera. Había un par de familias más sentadas allí también. Zoe se reía porque le hacía gracia como los tres individuos que habían conocido fingían espiarles. El camarero les sirvió las bebidas.

—¿Qué desean comer? —preguntó, mientras sacaba una libretita para anotar el pedido.

—Yo carne —pidieron Shachi y Penguin a la vez. Llevaban unas gafas de sol para disimular su cara de cansancio.

—Yo tomaré pescado —dijo Bepo, amablemente.

—Yo también —añadió Law, serio.

—Mmm...Yo quiero takoyakis, por favor —pidió Zoe sonriendo.

Después de anotar todo el camarero entró al restaurante. Shachi y Penguin no paraban de quejarse de su dolor de cabeza, pero Law no quería ayudarles. Se lo tenían merecido. Cuando el camarero trajo la comida el capitán utilizó su técnica para escanear todo y asegurarse de que no hubiera veneno o alguna otra sustancia dañina. Todo estaba en orden.

—Uf, no puedo más —comentó Shachi, poniéndose las manos en la barriga—. No veo el momento de ir otra vez a la cama a descansar.

—Yo también quiero volver a la casa —dijo Penguin. Bepo hizo un gesto indicando que también quería. Zoe hizo pucheritos.

—¿Tú quieres hacer algo esta tarde? —preguntó Law, serio, mirando a la chica.

—Me gustaría dar una vuelta o algo... No tengo sueño ni estoy cansada —contestó Zoe, encogiéndose de hombros.

—De acuerdo. Pues iremos a dar una vuelta mientras descansan —le dijo el capitán.

Media hora después Shachi, Penguin y Bepo se fueron con los otros tres hacia la casa. Law y Zoe caminaron hacia la otra dirección, dónde había algunas tiendas que todavía no habían visto. Zoe iba delante mirando escaparates mientras el capitán la seguía. Estaba pendiente por si a alguien se le ocurría atacarles. La chica entro a una tienda de bisutería, Law le siguió y espero dentro cerca de la puerta.

—¡Mira este collar! Es muy bonito... —le gritó Zoe a Law, mientras lo señalaba. La cadena era de plata y tenía un pequeño colgante de piedra rosa clarito en forma de corazón.

—Tienes buen ojo, niña. ¿Te lo regalará tu novio? —preguntó el señor de la tienda, mientras señalaba a Law. Al escucharlo el capitán frunció el ceño.

—No es mi novio. Somos nakamas. En verdad... Creo que prefiero un helado —dijo la chica, mientras señalaba una heladería que había en frente.

—Toma. Ve yendo. Enseguida voy —dijo Law, dándole algo de dinero.

—¿Quieres uno? ¿De nata? —preguntó Zoe.

Law asintió y la chica salió corriendo. Estuvo unos cuantos minutos haciendo cola hasta que consiguió comprar los helados. Cogió uno en cada mano y cuando se giró Law ya estaba detrás de ella. Siguieron caminando, hasta que después de unos quince minutos llegaron a las afueras del pueblo. Había un pequeño bosque. Zoe se acercó corriendo. No era muy bonito. Había más cactus que árboles y muy pocas flores. Se acercó a un árbol y se sentó, apoyando la espalda en el tronco. Law llegó hasta ella unos segundos después.

Una nueva vida «Law x OC/Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora