Capítulo 35

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—¡Mirad allí! —exclamó Ikakku, que estaba apoyada con Uni en la baranda de la cubierta del submarino

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—¡Mirad allí! —exclamó Ikakku, que estaba apoyada con Uni en la baranda de la cubierta del submarino.

Todos los que estaban allí miraron en la dirección que la chica indicaba. A lo lejos se podía ver una pequeña isla. Poco a poco se fueron acercando más. Era tan pequeña que no había casas ni habitantes. Se podía ver el principio y el final. Solo había plantas, un pequeño bosque y rocas.

—¡Podríamos hacer una acampada! —exclamó Zoe emocionada. Ikkaku dio palmadas, emocionada, y asintió con la cabez—. ¿Tenemos tiendas de campaña?

—Mmm... Creo que teníamos alguna en el almacén —contestó Penguin.

La verdad es que a ninguno le pareció mala idea. Podían montar las tiendas, hacer una hoguera, comer pescaditos... Además, se suponía que no tenían prisa para llegar a su próximo destino. Zoe, Ikkaku, Penguin y Bepo fueron a intentar convencer al capitán sobre la idea. A Law no le hacía especial ilusión, pero como vio que al resto sí... Aceptó.

Cuando llegaron a la pequeña isla se repartieron las tareas. Mientras algunos montaban las tres tiendas, que eran bastante grandes otros iban a conseguir ramas y palos para poder hacer la hoguera. Además Bepo se iba a encargar de conseguir peces para la cena. Pronto comenzaría a anochecer y no querían tardar mucho. Cuando todo estaba montado empezaron a preparar la hoguera.

—Está empezando a hacer algo de frío —comentó Atsushi.

—Se está genial —dijo Bepo contento.

—Bueno, porque tú eres peludo. Voy a por mantas —dijo Atsushi.

—¡Te acompaño! —dijo Zoe, corriendo hacia su nakama. Quería coger su gorro y los guantes.

Atsushi sonrió y esperó a la chica. Law los miró fijamente mientras se alejaban. No le gustaba que Zoe estuviera a solas ni con él ni con Shachi, ya que sabía sus intenciones. No tardaron mucho en volver con un cargamento de mantas para todos. Penguin y Shachi ya habían encendido el fuego. Zoe corrió para sentarse al lado de Bepo. Ikakku se sentó al otro lado de Zoe.

Ya era casi la hora de cenar. Todo estaba oscuro. El fuego y la luz de la luna eran lo único que iluminaba. Cada uno se calentaba sus peces en las llamas de la hoguera. Charlaban y contaban cosas sobre su pasado. A Zoe le gustaba escuchar las historias de los demás. Sobre todo si eran buenos recuerdos.

—Oye, Zoe... ¿Nos quieres contar algo tú? Nunca hablas de ti —preguntó Atsushi, que quería conocer más sobre ella. Los demás también la miraron esperando su respuesta.

—Bueno, mi vida ha sido una mierda pero puedo haceros un resumen —contestó Zoe encogiéndose de hombros. Ya no le importaba hablar sobre su pasado. Además a veces los había escuchado hacerse preguntas entre ellos sobre ese tema—. Pues cuando tenía tres años, el ahora shichibukai Doflamingo mató a mis padres adoptivos y me acogió en su familia. Cuatro años después de estar con ellos me enteré de que su intención era usarme y luego matarme, así que me escapé. Después de eso estuve ocho años vagando por el mundo. Había gente que me hacía trabajar y luego no me pagaba, otros que querían volver a entregarme para cobrar dinero, dormía en la calle, recibía palizas, piratas me llevaban a sus barcos, me tocaba escapar... Y siempre así. Con quince años me encontraron unos científicos y me llevaron con ellos. Experimentaron conmigo varios meses y sobreviví mientras veía como todos mis compañeros de celda iban muriendo. Un día todas las cosas que me estaban metiendo empezó a hacer efecto y empecé a tener la fuerza que tengo. Conseguí huir, aunque solo para volver otra vez a la misma mierda de siempre. Pensé en que era mejor estar muerta. Todo esto hasta que al final... Me encontrasteis y me dijisteis que me uniera a vuestra tripulación.

Una nueva vida «Law x OC/Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora