Capítulo 50

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📌 NOTA: HAY CONTENIDO ADULTO EN ESTE CAPÍTULO, LEE BAJO TU PROPIA RESPONSABILIDAD.

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Una vez en el baño dejó a la chica en el suelo. Encendió la ducha y esperaron a que saliera agua caliente. Law se giró y miró fijamente a Zoe. Estaban desnudos pero... Ella seguía llevando las vendas. Dio unos pasos hasta acercarse a ella.

—Quítate las vendas —le dijo, serio.

—No hace falta, ya me las cambiaré después —dijo ella, nerviosa.

—Quiero verte completamente desnuda —dijo Law, frunciendo el ceño—. No debes tener vergüenza conmigo. ¿Puedo quitártelas?

Zoe se lo pensó durante unos segundos y, finalmente, asintió con la cabeza. Law se agachó en frente de ella y empezó por quitarle las vendas de las rodillas. Por detrás tenía una gran cantidad de cicatrices de pinchazos y de heridas. Se acercó para besar todas y cada una de esas marcas.

Después siguió subiendo. Le quitó la venda que tenía bajo de la cintura. Ahí tenía más cicatrices de pinchazos y una de lo que parecía una quemadura, bastante grande. Law las acarició y las besó. A continuación le quitó las de los codos. Por delante tenía más marcas, aún más horribles que las de detrás de las rodillas. También las besó.

Finalmente, le quitó las vendas de las muñecas. Esas eran marcas de haber intentado quitarse la vida. Law las acarició con el pulgar mientras las miraba con rabia. Cuando alzó la vista vio que Zoe estaba llorando. Las marcas que más odiaba la chica eran las de sus muñecas. Le recordaban que se rindió en algún momento de su vida. La abrazó con fuerza y estuvieron unos minutos así, hasta que dejó de llorar. Se separó con cuidado de ella.

—Ahora que estás más tranquila, quiero decirte que estoy muy enfadado —dijo Law, mirándola fijamente. Zoe le miró preocupada—. Estoy enfadado por dos razones. Primera, por pensar que esas cicatrices iban a hacer que me dieras asco y, segunda, porque casi me quitas la oportunidad de volver a encontrarme contigo, que puede que haya sido lo mejor que me ha pasado en la vida.

—Law... —susurró Zoe, antes de lanzarse sobre él para abrazarle—. Encontrarte a ti también es lo mejor que me ha pasado en la vida.

—Zoe-ya... —susurró, él, mientras le acariciaba la cabeza. Un poco después la separó de él con cuidado—. Estamos malgastando el agua, vamos a la ducha.

Ya habían pasado varios días desde entonces. Llevaban prácticamente un mes en Punk Hazard. Era por la tarde y Zoe estaba dibujando mientras Law leía libros de medicina en la sala principal. La chica estaba perdida en sus pensamientos. Ya habían pasado dos años desde que empezó su entrenamiento, así que Luffy estaría encontrándose con sus nakamas. ¿Le iría todo bien?

—¿Qué estas dibujando? —preguntó Law, de repente. Zoe levantó el papel para enseñárselo—. ¿Qué...? ¿Qué es eso?

—Es la cara de un oso —contestó Zoe, como si fuera algo obvio. Dibujar no era uno de sus talentos. Tampoco es que lo fuera cocinar, pero se le daba bien hacer bolas de arroz.

Una nueva vida «Law x OC/Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora