Capítulo 53

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—¡Maestro! Es peligroso estar fuera —exclamaron algunos de sus subordinados

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—¡Maestro! Es peligroso estar fuera —exclamaron algunos de sus subordinados.

—Así que eres tú después de todo, Caesar Clown —dijo Smoker, enfadado. Al parecer Law había cambiado de cuerpo a Smoker y a la espadachina.

—¿¡Tú eres el maestro!? —gritó Luffy.

—Sí que lo soy. Sombrero de Paja, los marines del G-5 y... Una traidora. Sabía que no tenía que fiarme de vosotros —comentó el científico—, pero cuando todos los trozos de fango se reúnan aquí, probaréis lo que paso hace unos años.

—¡De acuerdo! —exclamó Luffy.

Había llegado hasta Caesar sin avisar a los demás. Se había abalanzado sobre él y lo tenía sujeto. Los dos comenzaron a pelear. Zoe no sabía cómo de poderoso era Caesar. Tenían información acerca de su fruta, pero no le habían visto peleando. Luffy aspiró todo el gas que el científico le lanzó, pero al parecer no tuvo efecto sobre él. Las cosas de gelatina comenzaron a rodear a Luffy. Zoe iba a acercarse para atacar a Caesar pero mugiwara consiguió escapar y darle una buena patada. Se acercó a él para volver a cogerlo. Cuando todo parecía bajo control, Luffy cayó al suelo. Zoe se sentía rara. Estaba empezando a marearse. Escuchaba como todos iban cayendo desmayados poco a poco, hasta que llegó su turno.

Zoe abrió los ojos poco a poco. Notó que no podía mover sus brazos. Algo le estaba apretando. Cadenas. Le habían puesto unas cadenas. Se incorporó como pudo y apoyó la espada en unas rejas. Les habían encerrado. ¿Qué? ¿Law también estaba allí?

—Pequeña Zoe, has despertado por fin —dijo un hombre. Zoe reconoció enseguida su voz.

—¿Vergo-san? —preguntó, mientras se giraba. Era él. Law estaba herido. ¿Había sido él? ¿Cuántos golpes le había dado en el pasado? Hasta que ella por fin le llamó Vergo-san. Le odiaba tanto—. ¡Maldito!

Quería acabar con él. Podía hacerlo ahora. A ella unas cadenas no le podían frenar. Hizo fuerza con los brazos hasta que consiguió romperlas y liberarse. Monet se levantó para intervenir pero Vergo le hizo un gesto para que parara. Se sacó algo del bolsillo. Era un corazón. Lo apretó y Law comenzó a retorcerse en el suelo.

—¿Qué? —preguntó Zoe. No entendía nada. ¿Por qué tenía el corazón de Law?

—Hicimos un trato. En secreto. No me fiaba así que si tenía el corazón de uno de los dos... Me sentía más seguro. Pedí el tuyo pero Law no me lo quiso dar —explicó Caesar, mientras sonreía divertido.

—¡Tú! ¿Por qué haces cosas a mis espaldas? —preguntó Zoe enfadada, mirando fijamente a Law. El apartó la mirada mientras chasqueaba la lengua.

—Si no te estás quietecita torturaré a tu novio —le advirtió Vergo.

—Law no es mi novio. Era una mentira. Parte del plan. Así que no te creas que lo puedes usar como una debilidad. Te voy a matar —dijo Zoe. Tenía tanta rabia acumulada que no podía razonar. Agarró los barrotes e hizo fuerza para separarlos. Caesar se acercó. Estaba dispuesto a envenenar a esa cría si era necesario.

Una nueva vida «Law x OC/Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora