Capítulo 18

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Law y Zoe miraron fijamente a sus atacantes

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Law y Zoe miraron fijamente a sus atacantes. Sus miradas frías como el hielo podían hacer retroceder a casi cualquiera. Los desconocidos dudaron un poco, pero enseguida volvieron a armarse de valor. Solo eran dos jóvenes. Además, odiaban a los malditos piratas que se acercaban a la isla.

—Room —susurró Law, moviendo su mano. Se extrañaron al verse rodeados de una especie de cúpula azul. El capitán lanzó una bola de nieve hacia ellos.

—Malditos mocosos. No estamos aquí para jugar —se rio el que parecía el jefe, mientras Law lanzaba la bola.

—Shambles. —De repente, en lugar de la bola de nieve, los cinco hombres vieron como la chica caía sobre ellos. Con unos rápidos movimientos y golpes en el cuello los dejó inconscientes, sin que ni si quiera les diera tiempo de atacar.

—¡Que guay! Me ha encantado este ataque —comentó Zoe emocionada. Law sonrió de lado.

Escucharon un grito a lo lejos. Eran sus nakamas. Se miraron y salieron corriendo hacia donde estaban en un principio. Vieron la escena a lo lejos. Tres hombres habían cogido a Bepo y le habían hecho algo, ya que parecía inconsciente. Shachi y Penguin no podían hacer nada, puesto que estaban amenazando con degollar al oso. Clione, Uni e Ikkaku, que se habían ido por un momento se acercaron sigilosamente por detrás. Atacaron rápidamente al hombre que tenía el cuchillo en el cuello de Bepo. Aprovechando la confusión Penguin y Shachi se encargaron de los otros dos hombres, justo mientras Law y Zoe llegaban hasta ellos.

—Muchas gracias —dijo Law, a los tres que habían salvado a Penguin, Shachi y Bepo. Los tres asintieron con la cabeza—. Iré a buscar a Dalton para comunicarle la situación. Id a la posada, daros una ducha y nos vemos para cenar. Llevad a Bepo. Si cuando llegue no ha despertado le revisaré.

Zoe se estaba dando una ducha calentita en la habitación que compartía con Ikkaku. Hacía mucho frío en esa isla y esa ducha le estaba sentando de maravilla. Se echó un vistazo rápido en el espejo antes de ponerse las vendas. ¡Cómo odiaba esa imagen!

Cuando las dos chicas bajaron los demás ya estaban sentados en una de las mesas del pequeño restaurante que estaba en frente de la posada. Incluso el tal Dalton se había unido a la cena. Parecía que estaban bebiendo un poco de sake. Quedaban unas sillas libres entre Bepo y Penguin así que se sentaron ahí.

—Siento mucho lo que ha ocurrido. Tenemos muchos problemas en la isla. Hace un tiempo fuimos atacados por los piratas de Barbanegra y nuestro rey Wapol abandonó la isla. El ambiente está un poco tenso. Todavía esperamos que regrese —les explicó Dalton.

—Está bien. Por cierto, ¿qué ha pasado con los médicos de esta isla? —preguntó Law, que estaba interesado en el tema. Dalton les contó la historia de cómo el rey había exiliado a todos los médicos que no formaban parte de su personal.

—Es un hombre egoísta... No como su padre. Antes esta isla era una gran nación médica —siguió comentando Dalton, con rabia.

Estuvieron charlando un buen rato hasta que acabaron de cenar. Cuando Dalton se fue ellos todavía se quedaron un rato más antes de irse a dormir. Estaban alegres y contentos hasta que el capitán habló.

Una nueva vida «Law x OC/Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora