Parte 3: Durante el camino

2.4K 226 10
                                    

Al día siguiente, me levante con el olor del desayuno que Orien estaba preparando. Cuando me levante para poder ayudarle a cocinar, note como mi cabeza ya se encontraba mejor. Y me sorprendí enormemente al ver que la mayoría de mis heridas ya se habían curado. Orien se giró a oir como me levantaba y al notar mi expresión de asombro, dijo:

O: -¿A que es increíble el poder curativo de la baya Cerezul? Cuando mi nieta se puso a buscar las cosas que salieron volando de tu morral, encontro las bayas tiradas por ahí, así que pude tratarte con ellas. Como te habrás dado cuenta, son bien conocidas por sus propiedades para cerrar y curar heridas superficiales.

A: -Se lo agradezco mucho. La verdad, no estaba seguro de si hoy podria aguantar todo el camino por las heridas que tenia, pero ahora ya no será un problema.

O: -No tienes que agradecerme, también nos beneficia a nosotros.¿De que me serviria contratar a un niño llenó de heridas? Sería una pérdida de recursos. Así que espero que puedas convencer a tus padres o si no me arrepentiré de haber gastado esas bayas en ti. ¡Jajaja!

A: -(Oh mierda.)¿L-las bayas eran muy valiosas?

O: -¿No me digas que no lo sabes? Esas bayas sirven para hacer pociones de salud, así que se venden bien, pero no tienes que preocuparte, puedes regresar su precio esforzándote al máximo mientras nos ayudas.

A: -(Uf, que suerte. Pensé que había obtenido una deuda enorme. Sera mejor que me informe para evitar estas cosas) Em, señor...

O: -Puedes llamarme solo Orien.

A: -Pues Orien,¿podrías enseñarme más sobre los recursos de este bosque? Me serviría de mucha ayuda en el futuro.

O: -¡Claro! Aunque te lo iba a enseñar de todas formas.

Seguimos hablando por un rato sobre las cosas que se pueden recolectar en este bosque, hasta que Jana despertó. Parece ser que no es alguien que se pueda levantar temprano fácilmente. Una vez acabamos el desayuna, recogimos todos los objetos y empezamos a caminar hacia la casa donde vivían. Durante el camino, Orien me enseño a guiarme con las marcas que habían en algunos árboles. Me contó que en este bosque esa era la única manera de no perderse, ya que si hacían caminos era muy probable que los monstruos llegaran con facilidad al pueblo y lo atacaran. Fue allí que recordé que anteriormente había mencionado algo sobre goblins (y no me olvidé de los dragones) y comencé a pensar que ya era casi cien por ciento seguro que este no era mi mundo. Todavía existía la posibilidad de que lo que habías escuchado y viso fuera algo que me imagine, pero no podía explicar como me habría curado tan rápido si no hubiera sido por algo "fantástico". Así que decidí hacerle unas preguntas para confirmar mi presente.

A: -¿Los monstruos son muy comunes en este bosque?

O: -En las orillas casi no puedes encontrarlos, aunque de vez en cuando puedes encontrar un goblin perdido o un conejo cornudo. Ayer comimos una cría de conejo que todavía no había desarrollado su cuerno. Tuviste suerte de no encontrar a su madre, o te habría apuñalado con mucha facilidad.

A: -(Sintiendo un escalofrió)¿Són muy peligrosos?

O: -Para un adulto armado, no, y un niño podría cazarlos usando un arco. Pero en tu caso, que solo tenias un cuchillo, hubiera sido muy peligrosos, ya que pueden llegar a ser lo suficientemente altos como para llegarte a tu cintura y su velocidad es bastante rápida.

A: -(Este mundo es realmente peligroso. Tengo que aprender a defenderme o un día de estos moriré apuñalado por un conejo) Entonces, ¿no son algo de qué preocuparse?

O: -No lo són, a menos que te adentres más en el bosque. Allí es donde se encuentra la mayor parte de ellos y los más peligrosos, pero no tendrás que ir allí mientras estes trabajando con nosotros.

A: -Es un alivio. Y, um, ¿alguno de ellos sabe usar magia?

O: -Normalmente no, pero he oído que aveces nacen goblins que pueden usar hechizos.

Y así fue como me entere de que la magia sí existía en este mundo. Había confirmado por fin y sin miedo a equivocarme que este no era mi anterior mundo. Por lo tanto, tendría que aprender rápidamente como funcionan las cosas aquí o podria meterme en problemas. Para evitarlo, le empece a preguntar sobre cosas básicas como el sistema monetario(descubrí que siguen usando las monedas, siendo la de menor valor la de bronze y la de mayor valor la del rey, y su valor es: 100 de bronze, una de plata; 100 de plata, una de oro; 100 de oro, una de oro blanco; 1000 de oro, una del rey), los precios de los bienes básicos, como comerciar, los monstruos más comunes, etc. Después de preguntar tantas cosas, Orien me preguntó si nunca antes había salido de casa, porque era muy raro que no supiera estas cosas. Solo pude reírme nerviosamente y decirle que solo ignoraba muchas cosas. Para despistarlo, intente cambiar de tema y pasé a preguntarle sobre la magia.

A: -Por cierto,¿sabes usar algun tipo de magia?

O: -¡Jajaja, claro que no! Eso es algo que solo los nobles pueden permitirse aprender.

Al oir eso, todas mis esperanzas de aprender a lanzar bolas de fuego desaparecieron. Era obvio que no pertenecía a ninguna familia noble, ya que mis ropas eran bastante antiguas (o lo que quedaba de ellas, ya que estaban llenas de agujeros) y nadie estaba a mi lado cuando me desperté por primera vez y me parece que es imposible que dejaran a un niño noble ir solo al bosque. Por si acaso, le pregunte la razón por la que solo los nobles podían aprender magia y para mi felicidad, no era porque solo los nobles pudieran controlar la magia, sino era un tema más relacionado con el dinero: si querías aprender magia, tenías que gastar cientos de monedas en profesores o libros, y esto no era algo que los aldeanos puedan hacer. Pero al menos eso significa que puedo aprender cuando consiga el dinero suficiente.

Por cierto, todo el tiempo que estuvimos viajando, Jana se encontraba delate nuestro y de vez en cuando se giraba a mirarme con unos ojos que mostraban cada vez más disgusto. Continuamos así por un tiempo hasta que los arboles comenzaron a separarse y salimos a un claro, donde pude ver la casa de Jana y Orien. Habíamos llegado a nuestro destino.


Viviré su vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora