De regreso a la cabaña, no pude esconder los daños y heridas que tenia en mi armadura y cuerpo, por lo que acabe recibiendo un regaño por parte de Orien, sobre que tenía que trabajar en equipo y no ir yo solo contra los goblins. Ya que Jana no recibió ninguna clase de regaño, supongo que le dijo a Orien que no tenía nada que ver con mi partida.
Una vez termine de lavarme y tratar las heridas que no había podido curar con Recuperación, ya que mis canales de mana se habían cerrado, decidí que solo cazaría criaturas no mágicas hasta que volviera de casa. Antes de empezar a cazar en el territorio goblin por mi mismo, quería ver si mi padre podría volver a levantarse o no. Por lo tanto, durante los siguientes días me encargue de reparar mi equipamiento y cazar lo necesario para cumplir mi cuota, hasta que llegó el día de regresar al pueblo.
Cuando llegue a casa, estaba muy nervioso, pues si todo salía bien, habría cumplido por fin con el objetivo que me había puesto la primera vez que llegué a este mundo: curar al padre del dueño de este cuerpo. Si lo lograba, podría decirse que ya había cumplido con lo que no pudo hacer, lo que dejaría que de ahora en adelante pudiera hacer lo que deseaba.
Mientras pensaba en eso, fui saludado por mi madre y Ino, a quienes le di las cosas que había traído esta vez del bosque. Una vez les ayudé a guardar todo, subí a ver a mi padre para llevarle la cena.
"Oh, veo que has vuelto, hijo. ¿Qué tal te ha ido en el bosque?". Volví a ver a mi padre y, al contrario que la primera vez que lo vi, esta vez no estaba envuelto en vendas. Si no fuera porque sabía que aún no podía pararse por si solo, parecería que acabará de meterse en la cama y se estuviera preparando para ir a dormir. Su cara, de rasgos firmes y endurecida por los años trabajando como leñador, se veía demasiado delgada y cansada. Aún así, podía ver que sus ojos seguían como el primer día: llenos de vida y tranquilidad. Porque sabía que aunque no había hecho nada para merecer la condición en la que se encontraba, había hecho lo correcto y eso lo mantenía alegre.
"Todo fue bien, como siempre. Te he traído de nuevo unas cuantas bayas Cerezul. Esta vez son muchas más que las de siempre, así que una vez hayas comido todas ya deberías de estar perfectamente. Aunque, claro, si no es así, tendré que seguir trayendo más." le conteste mientras le sonreía y dejaba la bolsa con las bayas encima de la mesita que había al lado de su cama.
"Realmente me gustaría que fuera verdad. Aunque no ha estado mal poder dormir todo el tiempo que quiera, llegas a aburrirte después de tantos meses. Una vez haya recuperado mi mejor estado, volveré al trabajo. Espero no haberme oxidado demasiado. ¿Sabías que siempre he sido considerado como el mejor leñador del pueblo?"
Seguí hablando con él por un tiempo mientras él cenaba y luego baje para cenar con las otras dos. Por la noche, mientras me encontraba en mi cama, no podía conciliar el sueño, por lo que decidí bajar y salí al patio trasero de la casa. Bueno, correctamente hablando, no era nuestro patio, ni siquiera merece ese nombre. Solo era una extensión de pradera que separaba nuestra casa y las de alrededor de las orillas del bosque. Si bien ni siquiera había suficientes flores para ver de día, de noche se volvía un paisaje perfecto para ver las estrellas y las luciérnagas que aparecían. De vez en cuando, me gustaba mirar ese lugar desde la ventana de mi cuarto antes de ir a dormir, pero hoy decidí bajar directamente.
Al fin y al cabo, ¿qué era lo que quería hacer en el futuro? Una vez mi padre se curara, habría cumplido el objetivo que me puse desde que me desperté en este cuerpo. Estaba seguro de que continuaría trabajando para Orien, pues todavía tenia que aprender más cosas y entrenar más tanto mis habilidades físicas como mi magia. Además, todavía tenía planeado el investigar la zona de lo goblins, pues quería descubrir que más cosas podían tener que me fueran útiles. Seguramente también tendría que seguir "asistiendo" a las clases de el mago Fogon, o al menos hasta que dejara de enseñar las cosas que me podían ser útiles. Últimamente solo estaban practicando diversos hechizos de fuego, cosa que no me servían de mucho, ya que si los utilizara para cazar quemaría todo el bosque. Así que solo podía seguir entrenando los hechizo que había creado, augmentar las capacidades de mis canales de mana y seguir creando nuevos hechizos.
Pero, ¿cuál sería mi objetivo ahora? ¿Volverme más fuerte? ¿Para qué? Quizás viajar fuera la solución. Al fin y al cabo, este era un mundo totalmente diferente al mio por lo que había muchas cosas ahí fuera que me podrían interesar. Claro que para lograr eso, primero tendría que asegurarme que todas las cosas aquí quedaran totalmente arregladas. Por lo que primero tendría que esperar hasta ver si mi padre podría volver a trabajar o no.
Mientras pensaba en todo eso, el sueño seguía sin llegar a mí, por lo que me puse a pensar en nuevos tipos de magia que tendría que desarrollar si algún día deseaba salir de aventuras. Me faltaba empezar a controlar el viento para lograr dominar los cuatro elementos y tenía que crear un hechizo de fuego, ya que sería realmente útil para luchar en lugares que no fuera un bosque. Cree una pequeña bola de llamas en mi mano, parecida a las que había visto en mi anterior mundo y me puse a pensar en lo que podía hacer con ella.
"¿Eso es magia? ¿Finalmente lograste aprender a usarla?". Cuando escuché esa voz, casi me muero del susto, pues estaba tan concentrado en mis cosas que no oí a nadie acercarse. Una vez recupere mi compostura, me giré para ver a Ino de pie en la puerta. Parece ser que ya no podría mantener el secreto sobre mi magia.
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Viviré su vida
Fantasy¿Qué harías si de repente te despertaras en el cuerpo de otra persona, en un mundo totalment diferente al tuyo y sin saber dónde te encuentras? ¿Intentarías continuar con la vida que llevaba tu nuevo cuerpo o abandonarías todo lo que haya hecho y co...