Viviré su vida

Parte 62: Un poco de historia

- ¡Justo como lo había imaginado! - gritó Liam, una vez acabé de contarle mis aventuras. - No... ¡Es aún mejor!

Durante el tiempo en que le fui contando mis experiencias cazando goblins y orcos, pude confirmar su gran interés, quizás un poco excesivo, por las peleas entre humanos y criaturas mágicas. Siendo más exactos, parecía disfrutar con gran intensidad los combates donde los dos lados se encuentran en momentos de peligro y, en el último momento, el humano logra hacer un movimiento algo temerario para ganar... Sí, sin lugar a dudas él nunca había luchado en una situación parecida. Dudo que pudiera encontrarlos divertido si no fuera así.

- Puedo imaginar la tensión del ambiente, el fuerte deseo de vivir de los lados, los ojos llenos de tenacidad y valentía, las armas gastadas... - Ver como brillaban sus ojos de emoción era un poco divertido, pero realmente me empezó a surgir algo de preocupación por él y pena por sus padres. Con su actitud, quien sabe si alguna vez se pondrá en alguna situación peligrosa en el futuro por culpa de sus gustos.

- ¡Sin lugar a dudas, son este tipo de situaciones las que sirven para demostrar por que somos parte del reino del héroe! ¡Los combates en donde ponemos nuestra vida al límite son parte de nuestra tradición! ¡Corre en nuestra sangre el deseo de luchar!

- ... - Realmente, no sabía que decir. ¿A qué se refería con formar parte del reino del héroe? ¿Es que acaso también existió un rey demonio que amenazaba a la humanidad, como en esas historias de mi anterior vida? En cualquier caso, tuve que haber puesto una cara llena de dudas, lo suficiente como para que Liam comenzara a disminuir su emoción.

- Por tu cara, puedo decir que no entiendes totalmente de lo que estoy hablando, ¿verdad? Mmm... creo que me habían dicho que no habías recibido una educación tan extensa como la mía, por lo que no es extraño que no sepas sobre la historia de nuestro reino. Pues no te preocupes, porque ante ti se encuentra el mejor historiador de Morni (que yo sepa). Me encargaré de explicarte todo lo que debes saber.

Una vez dijo eso, Liam tomó uno de los libros que tenía al lado de su cama y empezó a hojearlo un poco, tras lo cual comenzó con su clase.

- Actualmente nos encontramos en la época conocida como la paz del héroe. No te explicaré las épocas anteriores porque realmente no se sabe mucho de esos tiempos ya que no quedan muchos escritos. En cualquier caso, lo que si sabemos es cual fue el suceso que cambió la dirección de la historia y dio inicio a la época actual...

Hace miles de años,  el mundo se encontraba envuelto en el caos. Todo nuestro continente, la tierra que los antepasados nombraron Monogi, se encontraba infestada de guerras. El reino humano no estaba unificado y diversos grupos luchaban por tierras y poder. No solo los humanos, también las otras razas como los enanos, los elfos o los hombres bestias se encontraban en grandes guerras, tanto internas como con las otras razas. Hasta en la parte más norte del continente, donde actualmente siguen viviendo, los demonios se encontraban atrapados por las llamas de la violencia. Pero fue en esa época oscura que nació un gran individuo, el pacificador, el unificador, aquel que logró dar estabilidad a todas las razas: el primer Emperador Demonio, Exousía.

Se dice que en el lugar de su nacimiento, actualmente ubicado en el territorio sagrado de los demonios, se desarrolló una tormenta eléctrica de proporciones jamás vistas, como si el cielo estuviera anunciando la llegada de una nueva era. Y no se equivocaba: en unas pocas décadas, Exousía logró unificar a todos los demonios, convirtiéndolos en la primera raza totalmente unida desde que se tienen registros. 

Y no solo logró unirlos. Con la estabilidad que habían logrado, los demonios empezaron a desarrollarse a velocidades increíbles, creando nuevas tecnologías y grandes avances en los campos relacionados con la magia. Pero como habrás escuchado, el territorio de los demonios es bastante escaso en todo tipo de recursos, por lo que su desarrollo se fue ralentizando con el tiempo. Era momento de conquistar nuevos territorios.

Y fue con el comienzo de este nuevo plan que las demás razas se dieron cuenta de la difícil situación en la que se encontraban. Ya no había ninguna raza que por si sola pudiera enfrentarse a los demonios y salir victoriosa. La única opción que quedaba era unirse para luchar contra el imperio que buscaba conquistar todo Monogi para sí mismo. 

Pero el resentimiento y odio provocado por las guerras no era algo que se pudiera eliminar solo porque se quisiera. Era necesario un líder, alguien que logrará unirlos para luchar contra la amenaza que representaba el imperio de Exousía. Y como suele suceder durante las grandes crisis, aquel gran líder apareció cuando más se le necesitaba.

Para cuando los demonios ya habían conquistado la mitad del continente y la gran alianza estaba a punto de derrumbarse, en la batalla histórica que se desarrollo en la actual frontera entre el territorio humano y el de los hombres bestia, nació un héroe: Kalyteros Antras. Él solo guió al ejercito de la alianza para defenderse de los demonios, logrando la primera victoria absoluta en contra de estos desde el alzamiento de Exousía y ganándose el reconocimiento de todos para poder ser reconocido como el gran líder que los guiaría en la lucha contra el imperio demoníaco.

A partir de ese momento, la alianza comenzó a recuperar el territorio que habían perdido, volviendo a acorralar a los demonios en su antigua región. Es más, la alianza los siguió empujando aún más, hasta lograr que su imperio solo tuviera el territorio que tiene actualmente.

Y claro esta, en todo ese proceso, las personas que más destacaron fueron el líder de la alianza, el héroe Kalyteros Antras, y sus compañeros más cercanos, que acabaron conociéndose como el grupo del héroe.

Fue entonces que, viendo que su raza acabó siendo acorralada y estaba a punto de ser eliminada, el primer Emperador Demonio Exousía decidió ir a las lineas del frente y enfrentarse directamente con el héroe y su grupo, llevando a cabo un combate que pasaría para siempre a la historia.