Ya que no había pasado mucho tiempo desde la primera emboscada, mis armas no se encontraban en el mejor estado posible. Por decirlo de otra manera, el mango de uno de mis cuchillos acabó rompiéndose cuando ataque al mago enemigo. Solo me quedaba el otro cuchillo, también en mal estado, y la última munición de la ballesta de mi muñeca.
Y ya que usar magia no era una opción viable en la situación en la que me encontraba, lo único que tenía que hacer era buscar una nueva arma. Al fin y al cabo, estaba en un campo de batalla y en estos lugares es difícil quedarse sin ninguna arma. Especialmente si no te importa el arma que esas.
Así que fui directo al siguiente enemigo más cercano, que en esos momentos se encontraba luchando contra uno de los soldados. Prepara mi último cuchillo y comencé a correr contra él. Aceleré y, aprovechando que estaba ocupado, pateé fuertemente por detrás de una de sus rodillas. Luego el típico golpe con el mango a un costado de su cabeza para evitar que pudiese reaccionar y la apuñalada para acabarlo.
Hecho eso, decidí dejar el último cuchillo donde estaba, pues su filo ya no me serviría más. Pero, cuando me preparé para recoger mi botín, me di cuenta de que lo único que tenía era la espada corta con la que estaba luchando. Así que me giré al soldado.
- Por pura casualidad, ¿no tendrás algún cuchillo que pueda usar? - pregunté educadamente, mientras sonreía con sinceridad. Aunque seguramente no se dio cuenta, pues seguía llevando la mascara.
Tras oír mi pregunta, el soldado, que parecía estar a punto de agradecerme la ayuda, se me quedó viendo un momento, para luego negar con la cabeza e irse a apoyar a sus compañeros. Al final no me dio las gracias.
Viendo que al final solo podría usar la espada corta, se me escapo un suspiro. Jamás había usado una espada anteriormente, ni en esta nueva vida ni en la anterior. Es más, la razón por la que usaba cuchillos y el arco era porque tenía experiencia con ellos. Quizás podría usar una daga o alguna otra arma ligera, hasta una maza sería una opción, pero cosas como una espada o un escudo eran cosas nuevas.
Pero si había oído el modo correcto de usarlas. Así que tomé la espada del mango y, envolviendo mi mano con algo de tela de la ropa del cadáver más cercano, de la hoja. Al instante me di cuenta de que tenía que buscar otra arma lo antes posible pues era bastante incomodo usar la espada. Hice un reconocimiento rápido de los enemigos que quedaban, que se habían reducido a alrededor de cinco, y, al encontrar a uno con una daga en su cintura, me puse a correr en su dirección.
Si bien su número se había reducido, los soldados también se habían visto afectados. Solo quedaban luchando cuatro de ellos, incluyendo al capitán, que se encontraba luchando contra un asaltante con espada larga. Habían pasado unos 3 o 5 minutos y, teniendo en cuenta que fueron atacados al lado de Morni y la columna de humo que salía de los carros en llamas, los refuerzos deberían llegar en cualquier momento. Si podía lograr reducir los números de los enemigos un poco más, los soldados podrían defenderse por si mismos y sobrevivir con seguridad. Y no sospecharían de mí.
Al acercarme al grupo que estaba luchando, uno de los hombres vestidos de negro me vio y aviso a mis compañeros. Viendo que mi atención estaba enfocada en él, el hombre con la daga, que en esos momentos estaba usando también una espada corta, se dirigió en mi dirección para luchar contra mí.
Alzó su espada y me lanzó un golpe en diagonal. Moví la espada que llevaba con tal de desviar el ataque, poniendo la empuñadura por delante. Tras recibir el golpe, que me hubiera tirado si no fuera porque tenia el refuerzo corporal activado, continué adelante y le rompí la nariz con la empuñadura. Me agache con tal de llegar detrás de su espalda y, apuntando a su espalda alta, clavé la espada con todas mis fuerzas en su armadura. Y de esa manera eliminé a la tercera persona.
Tomé la daga, pues la espada se había quedado clavada y no tenía ningún interés en usarla. Volví a ver cuantos enemigos faltaban y me di cuenta de que eran solo tres, habían logrado vencer a otro mientras no estaba mirando.
Los enemigos, al ver que solo eran tres, comenzaron a ponerse nerviosos, seguramente pensado si deberían huir o atacar. Aunque algo les ayudó a elegir la primera acción: a lo lejos, se podía ver un grupo de soldados a caballo acercándose en nuestra dirección.
Viendo que llegaban nuestros refuerzos, dos de los tres enemigos se voltearon para huir. Pero ya me esperaba que hicieran algo así, por lo que ya tenia planeado lo que iba a hacer.
A uno de ellos le lancé la última munición la ballesta que me quedaba, solo para asustarlo. Intento esquivar, seguramente pensando que era una flecha, perdiendo su velocidad. Aprovechando eso, uno de los soldados logró alcanzarlo y acabó con él. Mientras tanto, yo perseguí al otro y no fue muy complicado eliminarlo una vez lo alcancé.
Al final, solo quedó su líder que, viendo la difícil situación en la que se encontraba, abandono su espada lanzándola contra el capitán, que tuvo que alejarse de la trayectoria. Aprovechando eso, se volteo para huir. Me preparé para perseguirlo pero, antes de que pudiera actuar, los refuerzos llegaron a la zona y acabaron con él.
Pensé que con eso todo ya había acabado pero de repente me encontré rodeado por los soldados que habían llegado. Y ya que no me miraban de una manera muy amistosa, decidí tirar mi arma al suelo y alzar mis manos.
Por suerte, solo me rodearon por seguridad. Sin lugar a dudas, parecía una persona sospechosa por la forma en la que iba vestido y por la mascará. Pero cuando los demás sobrevivientes explicaron quien era, me dejaron en paz.
Una vez recuperaron los cuerpos de quienes los habían emboscado, trajeron dos carros, uno para llevarlos y otro para los soldados heridos. Con tal de recompensarme, me pidieron que los siguiera y, de esa manera, entre a Morni.
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Viviré su vida
Fantasy¿Qué harías si de repente te despertaras en el cuerpo de otra persona, en un mundo totalment diferente al tuyo y sin saber dónde te encuentras? ¿Intentarías continuar con la vida que llevaba tu nuevo cuerpo o abandonarías todo lo que haya hecho y co...