Parte 28: Buscando la medicina

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Justamente, esa mañana me había preguntado como podría deshacerme de los Ulknos, y parecía que había encontrado una posible respuesta: usar el poder de la familia Orizon.

Si no tenía el poder necesario para eliminar a los Ulknos por mi mismo, lo mejor sería pedir prestado el poder de alguien más fuerte que ellos, en este caso, el poder de los nobles que los dejaron quedarse en la mansión cercana al pueblo. 

El problema era que para poder pedirles ayuda y me hicieran caso, debería tener algo que lograra convencerlos. ¿Pero qué podía tener alguien como yo que pudiera interesar a un duque? Fue por esa razón que decidí olvidarme de buscar ayuda en algún otro noble, pero ahora se me presentaba una gran coincidencia.

El hijo de Orizon estaba enfermo y tenía problemas para encontrar la cura que, coincidentemente, se encontraba en el bosque cercano a mi pueblo. Y lo mejor de todo era que todavía no la habían encontrado, lo que me daba la oportunidad de cumplir con el otro objetivo que me había propuesto. Todo lo que tenía que hacer era buscar y entregar lo que querían.

- ¿Qué es lo que buscan?- pregunté, mientras me ponía a pensar en como podría llegar al lugar del duque una vez obtuviera el objeto. Siendo sincero, ni siquiera sabía donde estaba eso.

- Un corazón de orco.- contestó Orien mientras suspiraba de preocupación.

- Un corazón de orco, ya veo. Un corazón de o... ¿¡Un qué!?- fue entonces que me di cuenta que tal vez no todo sería tan fácil como creía. Por lo mientras, decidí primero pensar en la obtención de esa cosa. Porque ni siquiera sabía que era.

- Es verdad, jamás les he contado nada sobre los ogros.- dijó Orien, tras ver mi expresión de sorpresa.- Los orcos son otra de las criaturas mágicas que habitan en el bosque. No creí que fuera necesario contarles nada, ya que solo se pueden encontrar después de pasar el territorio goblin, por lo que ustedes nunca se encontrarían con uno de ellos. Son seres de forma humanoide, que pueden alcanzar los 2,5 metros de altura y tienen una fuerza que les permite arrancar árboles con facilidad. Son de un color verde, tirando a negro, con caras  parecidas a los goblins pero con dos grandes colmillos en la mandíbula inferior. La única magia que saben utilizar es la de recuperación, que junto a su dura piel los hacen muy difíciles de matar. Además, suelen ir en grupos de 2 o 3, y pueden aparecer magos o reyes entre ellos, los que los hacen una gran amenaza para cazadores como nosotros. Solo los aventureros mejores preparados tienen la capacidad de cazarlos, aunque últimamente no ha habido nadie que haya ido a por ellos, por lo que los hombres de Orizon no han podido encontrar lo que buscan-

Basándome en lo que dijo Orien, los orcos parecían ser seres muy difíciles de derrotar con ataques físicos. Si quería cazar alguno, no podría depender de mi ballesta, menos aún acercarme para luchar cuerpo a cuerpo contra ellos. Para vencerlo, tendría utilizar magia, ya sea para ahogarlo o para paralizarlo y luego matarlo. El problema era que ninguno de mis hechizos podía ayudarme a hacer eso, por ahora. La única opción que tenía era hacer una trampa y derrotarlo con paciencia. No podía usar veneno, ya que lo que quería era algo que podía verse afectado por él, y no planeaba que Orizon me cortara la cabeza si su hijo moría por el veneno que había en la cura. 

Puede ser porque fue muy sospechoso que me quedara pensando, pero después de explicarme lo anterior, Orien se puso a contarme historias de lo peligroso que eran y lo mal que trataban a sus víctimas antes de matarlas completamente. Seguramente su intención era que abandonara la idea de cazar a uno, pero ya había escuchado y visto cosas peores en mi antiguo mundo. Era imposible que cosas como esas me hicieran cambiar de opinión.

Claro que, eso no era verdad en caso de Jana. Al parecer, nos estuvo escuchando un buen rato, así que cuando le pregunte si me acompañaba a cazar goblins para entrenar, se negó rotundamente. Bueno, al menos obtuve algo para molestarla en el futuro.

Y así fue como comencé a planear mi viaje en busca de orcos. Ya que seguramente estaría un largo tiempo afuera, tuve que inventarme la excusa de que quería practicar el acampar en el bosque. Orien acepto dejarme ir, pero como todavía sospechaba de que haría alguna tontería, me dijo que solo podía estar afuera una noche, lo que tengo que admitir que fue una buena idea, ya que en ese tiempo solo podría llegar a las orillas de la zona de los goblins, lo que arruinaría mi plan. Si no fuera porque puedo utilizar magia de fortalecimiento corporal.

De esa manera, partí temprano al siguiente día. Gracias al uso de la magia, llegué a la zona de los goblins a mediodía y me puse a buscar guaridas. ¿Por qué? Porque buscaba encontrarme con más tesoros. Con el bastón del goblin mago, hice un collar que permitía que los maones circularán más rápidamente por los canales de mana, lo que aceleraba la creación de mis hechizos. Lo malo era que mis canales seguían teniendo la misma resistencia por lo que también me cansaba más rápido.

Por eso, decidí que sería buena idea buscar otros escondrijos de goblins mientras me dirigía a la zona de los orcos, ya que quizás podía encontrar ciertas cosas que me ayudarían en la caza de estos últimos. En consecuencia, cada vez que veía un grupo de goblins, mataba desde lejos a todos excepto uno, que corría de vuelta a su guarida al no poder encontrarme. De esa forma, encontré y quemé unas cuantas de sus cuevas, aunque en ninguna de ellas pude encontrar cosas relacionadas con la magia, ni siquiera otro goblin mago. Aunque si pude obtener algunas monedas, cuchillos en mal estado y un mapa.

Gracias a este último, pude descubrir rápidamente como se distribuían las zonas goblin y orco, lo que aceleró mi llegada al lugar que quería, aunque también evito que encontrara más escondrijos goblins. De esa manera, llegué a la zona orco unas horas después del anochecer, gracias a mi radar mágico, y decidí dormir para mañana comenzar mi cacería.  



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