Parte 65: La nueva era

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Con el territorio de Monogi ya repartido y las rutas comerciales comenzando a desarrollarse,  las razas que formaban a la alianza partieron a sus respectivos terrenos una vez las celebraciones por el final de la guerra llegaron a su fin. Al fin y al cabo, aunque todos habían acordado como repartir las tierras, no se había hecho ninguna decisión respecto a la forma en que estructuraría la sociedad en cada territorio, ya que cada raza tenía ideas diferentes al respecto.

Así fue como, una vez acabada las celebraciones, la raza humana comenzó a planear su futuro. En primer lugar, decidieron que la humanidad debería ser gobernada por el individuo más sobresaliente, tanto en fuerza como en sabiduría. Si bien esa podía haber sido una elección difícil en cualquier otra época, en aquel tiempo solo había una posible opción: Kalyteros Antras, el gran héroe. Y no paso mucho tiempo antes de que todas las razas supieran del nacimiento del reino Kerdizontas, el reino que sería gobernado por el héroe y sus descendientes.

El rey Kalyteros se enfrento ha muchos problemas al inició. Tenía que desarrollar un reino a partir de un territorio afectado por la guerra y además tenía que hacerlo rápidamente pues, si quería que su gente pudiera hacer más cosas que continuar viviendo, necesitaba poder al menos satisfacer sus necesidades básicas lo antes posible. Pero no olvidemos que Kalyteros fue un héroe, por lo que comparado con otros problemas que ya había superado, lo que se enfrentaba en aquel momento no tenía dificultad alguna.

Y con el tiempo, el reino humano comenzó a tomar forma. El rey dividió su territorio en cuatro zonas: Norte, Sur, Este y Oeste. Él decidió establecer la capital en la zona Este y gobernar tanto el reino como esa zona. Las otras tres zonas, se repartieron entre los tres compañeros humanos que tuvo el grupo del héroe mientras se enfrentaban a la amenaza del imperio de los demonios, dando el nacimiento a tres familias de condes.

El rey Kalyteros, que bien sabía la importancia de tener a personas fuertes para proteger a la gente, creo los títulos de archiduque y duque. Él decidió que su reino solo podía tener ocho archiduques a la vez, cuatro relacionados con las artes mágicas y cuatro relacionados con el uso de las armas. Los archiduques serían los protectores del reino, por lo que solo podían llevar ese titulo las personas consideradas como las mejores en su área de experiencia. Pero como en el reino era muy probable que más de ocho personas sobresalieran, se decidió que se les daría el titulo de duque a todas aquellas que su fuerza también fuera reconocida por la familia real. Además, se decidió que se llevaría un torneo cada cierto tiempo para elegir a los ocho archiduques y solo aquellos que portaran el titulo de duque podrían participar.

Si bien los títulos de archiduque y duque no tenían ningún territorio bajo su nombre, las palabras de sus portadores eran consideradas solo segundas a las de la familia real en muchos casos, especialmente las dichas por los archiduques. En otras palabras, estos títulos no estaban vinculados a ninguna tierra pero daban un poder mayor al de cualquier conde. Y por ello también conllevaban una gran responsabilidad.

Aún y con la caída del emperador Exousía, muchos peligros seguían existiendo en todo Monogi. Criaturas mágicas seguían habitando las tierras y algunas de ellas iniciaban ataques contra las poblaciones. En los peores casos, criaturas de gran poder decidían cambiar su territorio y destruían todo a su paso durante su viaje, lo que ponía en peligro a los habitantes del reino. Era necesario que hubiera gente de gran poder que pudiera defender a la gente de estos problemas, ya que el rey no siempre podría ayudarlos a todos. Es por esa razón que se dio origen a los archiduques y los duques y por eso su responsabilidad era proteger al reino Kerdizontas de cualquier peligro.

Y así fue como el reino del héroe comenzó a florecer. Se crearon ciudades y pueblos, se construyeron caminos y puentes, se cultivaron diversas especies y se comenzó a criar ganado. El comercio entre razas comenzó a florecer, las necesidades de los pueblos se fueron satisfaciendo y una paz que jamás se había creído posible se fue haciendo realidad.

Y con el ambiente pacifico, la sociedad comenzó a desarrollarse. Se lograron avances relacionados con la magia, nuevas invenciones fueron tomando forma y se crearon nuevas formas de entretenimiento. Se comenzaron a escribir más documentos y libros, los conocimientos comenzaron a llegar a más gente y la población comenzó a crecer.

Una era dorada dio inicio. Y todo era gracias al héroe. El tiempo no logró hacer que la gente dejara de admirar al héroe. Al contrario, cuanto más crecía y se desarrollaba su reino, el agradecimiento de las personas iba creciendo, hasta llegar a idealizarlo como un ser elegido por el mismísimo cielo. Y debido a eso, una agrupación fue ganando poder: la iglesia del Dios Sotiras.

La iglesia del Dios Sotiras se creo al mismo tiempo que el héroe comenzaba a ganar logros durante la guerra contra el imperio demonio. Su creencia era simple: el Dios Sotiras, protector de la raza humana, envió a un salvador, el héroe, para protegerlos de la amenaza de los demonios. Una creencia sencilla de entender, pero que comenzó a volverse peligrosa con el tiempo.

Porque la iglesia consideraba que la única raza que estaba bajo la protección del Dios era la humana, ya que solo fue hasta que esta se vio gravemente amenazada que envió al salvador, además de que este era un humano. En otras palabras, pensaban que la raza humana sobresalía por sobre las demás. Un pensamiento que el tiempo demostraría lo peligroso que era. Pero en esa época, no presentaba peligro alguno, por lo que la iglesia pudo desarrollarse tranquilamente y fue ganando seguidores, hasta el punto en que su influencia logró extenderse por todo el reino y se volvió una de las más poderosas.

La era del rey Kalyteros cambió para siempre el destino de la raza humana, dando paz a todo el continente. Pero como la historia nos enseñaría, ninguna tiempo de paz era eterno. Porque era imposible que en una época tan fértil, las semillas del mal no comenzaran a germinar y crecer.


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