PARTE 1 INFIERNO (PROLOGO):

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Medellín, Colombia. 12 de Octubre de 1990

Hacía un frío terrible. La ciudad de Medellín, llevaba casi tres semanas en medio de lluvias, poco sol de día y nubarrones y rayos de noche. Por eso estaba siendo el peor momento para que la mujer diera a luz, entrando en trabajo de parto a solo unos minutos de la media noche. Tenía como morada una casa hecha en madera y techo de latas, en un barrio pobre, entre el conflicto de bandas criminales, pobreza, contaminación y hambre. Y dentro de esta, había tres mujeres rodeando a la futura madre, sin saber qué hacer. A duras penas tendrían para costearse un taxi a medio camino entre el hospital y la casita, como para pensar en el servicio de médicos, quirófanos donde daría a luz y medicamentos o alimento para ese bebé.

Solo se escuchaban gemidos, protestas y jadeos de la mujer, y angustias de las demás. En una pequeña cama, cubierta de sudor, al menos con unas toallas limpias y mantas algo raídas, se retorcía por los dolores, afirmando la mano de una de las señoras. Su madre.

La chica en cama era apenas una adolescente que cayendo en manos de un príncipe disfrazado de sapo, le prometió el cielo y un castillo para ella y el niño. Se dejó seducir por el hombre trajeado al que le limpiaba la casa cada día y solo pensando en su futuro en medio de lujos y dinero, imaginándose collares de perlas rodeando su cuello; una cartera de cuero en mano, en lugar de escobas y trapera; camas de algodón y sedas, en lugar de resortes que se te clavaban en la espalda; cayó a sus pies. Y el hombre nada más saber sobre la criatura que venía en camino, la abandonó a su suerte, a que defendiera ya no solo una sino dos vidas, como Dios la ayudara.

Y en lo único que Dios los ayudó hasta ahora, fue el hecho de que la única mujer que era su soporte desde su nacimiento y la misma que le advirtiera miles de veces que no se metiera con aquel ser repugnante, no la abandonara y le aferrara la mano diciendo que todo estaría bien.

Resignadas a la dura realidad, no les quedó más remedio que darle acompañamiento a la chica, mientras su cuerpo aún demasiado joven para traer otra vida al mundo hacía el resto, sin la ayuda con la que contaban el resto de mujeres más pudientes. Era solo una niña de dieciséis años y ya debía pensar, en como harían con la ropa, pañales, una educación para esa vida que estaba por nacer y en sí al menos tendría buena salud.

Fue un proceso largo, doloroso y agonizante, cuando casi a las cinco entre alaridos de la madre y llantos del nuevo ser que había arribado al mundo, una niña era recibida en los brazos de una de las mujeres. Una casi partera o comadrona del barrio. Casi partera, porque de los siete nacimientos que había asistido, cuatro no llegaron al día siguiente.

Era una cosita diminuta, rosada y que no dejaba de llorar, cuando la pusieron en sus brazos. La cara un poquito arrugada, sangre y algo blanco en el cuerpo, el cordón aun unido al cuerpo de ambas. Su destino estaba sellado y la decisión tomada, incluso antes de que naciera. No se la podían quedar. No daba el dinero, ni el alimento, había días en que la misma chica ni siquiera probaba bocado. No tendrían forma de mantener a alguien más. A sangre fría, inhaló hondo, miró a su madre y con los ojos le dijo todo.

—Llévatela. Lejos. No será mía—

La pequeña, que apenas comenzaba a ver su nuevo mundo, a sentir el frío, la miseria, el dolor y la separación del cuerpo medio cálido de su madre, fue despegada del cordón, limpiada con sábanas, cubierta con otra más pequeña y en medio de la llovizna, sacada de allí. Ni madre ni abuela quisieron llevar a cabo la tarea, teniendo ahora cobardía, luego de tal crueldad de separación. Así que mientras la partera, de nombre Sara, avanzaba por las calles de Medellín con el bultito en brazos, dispuesta a llevarlo lejos, la nueva madre permanecía en cama, mirando al techo y repitiéndose como un reloj cucú, que aquello era por el bien de ambas. Y tratar así, de eliminar el remordimiento de su corazón.

Gabriel Corazón. L1 de la Bilogía: El ángel de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora