Hija del cielo y del infierno (tercera parte de enamorada del diablo)

¿Crees que será ella?

Narra Jimin

- ¿Será de nuestra edad? - preguntó uno de mis amigos.

- No lo sé, pero supongo que tendremos que esperar para tener más información sobre ella. - suspiré al pensar que si no fuera por ese profesor la hubiera podido acompañar y podía haber preguntado incluso su nombre.

- Chicos guardar silencio, tengo una noticia que daros. - al instante guardamos silencio esperando aquella buena noticia.

- Vamos profe no se haga el interesante y suelte esa noticia. - expresó uno de mis compañeros.

- Esta bien, a partir de hoy se va incorporar un nuevo alumno, así que la esperaremos antes de ir hacia los vestuarios y empezar a hacer deporte.

- Parece que no tendremos que esperar demasiado tiempo. - interrumpió otro de mis amigos. 

- ¿Crees que será ella? No dijo nada sobre si era hombre o mujer.

- ¿Es mi impresión o estás un tanto ansioso? - preguntó tras mirarme.

- No, solo que al menos quiero saber cuál es su nombre. - pronuncié, aunque en realidad si que quería volver a verla.

- Hola, ¿Interrumpo? - preguntó el profesor de historia tras llegar a la clase y abrirla.

- No, estamos esperando al nuevo alumno. - mis ojos se posaron en aquella puerta, esperando que fuera ella la que entrara por la misma. Tras verla entrar, la visualicé más detenidamente de lo que lo había podido hacer allí fuera. 

- Es mona, sin duda ganará popularidad fácilmente. - pronunció uno de mis compañeros. Levantó su vista hacia nosotros, por lo que por un momento mi respiración se detuvo. Ellos tenían razón, era guapa y sin duda no le costaría encajar en esa escuela.

- Hola, soy Katia. Espero que podamos llevarnos bien. - pronunció con una sonrisa, la cual me hizo querer mirarla más, aunque parecía que no era el único. 

- Bien, ahora que has llegado podemos ir a la clase de gimnasia. Como es tu primer día y no tienes ropa de deporte, simplemente observa a tus compañeros.

- Sí. - pronunció tímidamente. Esperé a que mis compañeros salieran y así poder quedarme a solas con ella.

- ¿Nos volvemos a ver? - pregunté tras alzar mi cabeza ya que al estar encima de la tarima era más alta que yo.

- Eso parece. - pronunció con una sonrisa. Se bajó de la tarima y después se puso a mi lado. Andamos juntos hacia la zona de deportes y aunque el camino era corto, esperaba poder alargarlo un poco más.

- Tengo que ir a cambiarme. - expresé.

- Claro. - pronunció antes de quedarse allí sola.