Lágrimas de sangre

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Narra Tae

- Katia, esta vez volveré a hacer que te enamores de mí. - en ese momento y tras ver como podía perderla frente a Jungkook, supe que debía de arriesgar todo. Está era mi sengunda oportunidad y no iba a desperdiciarla.

- ¡uhh! hasta yo he caído por en tus redes. - Jungkook se acercó a nosotros y después acarició mi rostro. - Soy todo tuyo. - fue acercarse cuando Katia posó su mano en mis labios.

- ¿Qué crees que haces? - en ese momento lo miró ligeramente y se puso a mi lado.

- ¿Celosa? - expresó con una mueca. - No voy a hacer nada con él, pero que quede claro que esa propuesta puede enamorar a cualquiera.

- No es gracioso cuando lo haces adrede. - en ese momento pensé que estaba celoso por él y no por mí, por lo que nuevamente volví a sentirme fuera. 

- ¿Adrede? No sé de que me hablas. Estoy completamente cautivado por este hombre, solo tienes que mirarlo. - se abalanzó sobre mí y después me abrazó.

- Creo que debes de graduarte la vista, eso de ser un demonio te esta afectando. - nos dio la espalda por lo que empujé ligeramente a Jungkook, cuando vi que se quedó clavada en el sitio.

- Al menos lo he intentado. - me sursurró antes de marcharme y dejarme solo con ella nuevamente, aunque por una extraña razón, algo me decía que aquella intervención no había sido para ayudarme, sino para interrumpir lo que estaba a punto de hacer, besarla. 

- Katia. - pronuncié tras posar mi mano en su hombro cuando sentí que algo andaba mal, rápidamente me moví hacia ella y levanté su rostro, cuando me quedé impactado ante aquello, por sus mejillas estaba deslizándose sangre, la cual provenía de sus ojos. Sus lágrimas se habían vuelto sangre.

- Jungkook. - no pude gritar nada más que eso, necesitaba ayuda y no sabía a quién más acudir. 

- ¿Te lo has pensado mejor y quieres caminar hacia a mí? Mira que soy todo un partidazo. - expresó con una mueca.

- No estámos para bromas. - al ver mi rostro se acercó rápidamente hacia a nosotros y agarró a Katia del rostro.

-Mierda, hay que sacarla de aquí. - la agarró entre sus brazos y después atravesó aquel túnel.

Le seguí cuando me di cuenta de que habíamos llegado a su antiguo hogar, a la tierra. 

Hija del cielo y del infierno (tercera parte de enamorada del diablo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora