Míranos bien

64 5 6
                                    

Narra Katia

- ¿Por qué no me lo cuentas después de que te clave mi arma? 

Mis ojos se posaron en Taehyung la persona que debía de matar. Comencé a luchar contra él, sin pensarlo quise llegar hasta Jungkook, pero lo que realmente no pude quitarme de la cabeza era porque sabía de su existencia, porque parecía tan familiar. Mi arma chocó contra la suya, tal y como esperaba del heredero del infierno. Sin embargo, tenía mis trucos, alcé mi mano e hice que un rayo cayera entre nosotros, fue ahí cuando aproveché para golpearle con mi pierna en su torso.

- ¿No creerías que jugaría limpio contra un demonio? - 

Fue a levantarse, cuando moví mi espada y corté ligeramente su brazo, aquella espada cayó de su brazo. Sin embargo, era obstinado, no paraba de intentar levantarse. Dejé que se incorporará ligeramente cuando corté su pierna y cayó de rodillas. No obstante, al ver como Jungkook se movía, mis ojos se posaron en él, supongo que quería ayudar a Taehyung, despareció de mi vista cuando sentí que un portal se abría detrás de mí. Me giré rápidamente y mi espada se movió hacia allí. 

- ¿Por qué no puedes darte por vencido? - mis ojos se posaron en Tae, había cortado su torso y sin duda aquella herida, podía ser grave. Tanto, que podía decir que estaba completamente acabado.  - Creaste tanta destrucción y sin embargo no vales nada. - di un pasó hacia él, mientras que yacía en el suelo y  comenzaba a toser sangre. 

Solo podía pensar que iba a matar a la persona que me causó tanto dolor, aquella persona que había destruido la tierra. Levanté mi espada hacia él y lo miré por última vez. Aquellos ojos llenos de miedo, de terror por ver como iba a acabar con él.

- No puedo dejar que lo mates. - En ese momento Jugkook se interpuso entre él y mi espada. 

- ¿Crees que me detendré? No sé porque nos conocemos pero eres un demonio, así que te mataré, ya sea antes o después.

- Katia, míranos bien. 

- No te atrevas a pronunciar mi nombre. - alcé mi arma para terminar con él y después centrarme en mi misión. Cuando vi parte de mi alma en ellos. Al ver aquello, mi arma se deslizó de mi mano y cayó al suelo. - ¿Por qué tenéis mi alma en vosotros?

En ese momento en mi cabeza se abrió una brecha, sabía que la única forma de que lo tuvieran era, porque yo misma se lo había dado. Sin embargo, que de todo aquello era verdad y que de todo aquello era mentira.

- Tú misma nos lo diste. 

- Deja de usar trucos sucios. - fui hacia él y agarré su cuello con mi mano. Estaba apretando su garganta, mientras que unas lágrimas se deslizaban por mi rostro.

- Parece que tendremos que intervenir. - giré ligeramente mi cabeza hacia atrás de mí, cuando vi a aquellas personas. Incluso mi madre estaba entre ellas.

- Por ahora es mejor que duermas. - sentí como perdía la conciencia por lo que dejé de hacer fuerza y me desmayé.

Hija del cielo y del infierno (tercera parte de enamorada del diablo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora