Hija del cielo y del infierno (tercera parte de enamorada del diablo)

No quiero perderte

Narra Tae.

- Tóma todo de mí. - ni siquiera lo pensé, la atrajé hacia a mí y hundí mis labios en los suyos, en ese moemnto no me importaba nada, solo que ella tomará lo suficiente de mí como para poder curarse.  Sin embargo, cuando me quise dar cuenta me volví codicioso, y ella parecía pasarle lo mismo. 

- Mejor continuemoslo después. - posó su mano en sus labios por la que no pude evitar mirar aquella sonrisa, pero sobre todo no me pude quitar de la cabeza aquellas palabras que decían que habría un después.

- ¿Os ayudó? - rápidamente fui al lado de Jimin, me había dado cuenta de que en ese momento estorbaba y por mi culpa habían herido a Katia, por lo que decidí quedarme al lado de Jimin. 

Los tres luchaban en sintónía, y poco a poco cada uno de esos ángeles fueron cayendo por aquella puerta, cuando uno de esos ángeles apareció detrás de ella, era poderoso, pero lo que estaba claro, era que era un ángel caído, tenía poderes del infierno. 

Katia chocó su espada contra él cuando ese hombre parecía tener un as bajo la manga, parecía que sabía bastante sobre los poderes demoníacos. 

- Katia. - grité al ver como era ella la que estaba a punto cruzar aquella puerta. En ese momento sentí como mi cuerpo comenzaba a hervir, aquella parte de su alma, aquella que estaba en mí, me estaba pidiendo a gritos que la ayudará, que la salvará, pero ¿Cómo podía hacerlo? 

Antes de que pudiera darme cuenta, había llegado hasta ella, ni siquiera sabía como pero no era el momento para averiguar eso, agarré su mano y tiré de ella hacia a mí, sabía que podíamos acabar heridos, pero no podía hacer otra cosa. La agarré con todas mis fuerzas, cuando Jungkook apareció desde atrás de aquel ángel y le golpeó, probocando que cayera allí dentro.

- Siempre me cayó mal. - expresó tras mirarnos con una sonrisa.