Decido creerte

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Narra Katia

- ¿Es verdad que lo amaba? 

- Aunque me moleste reconocerlo, lo hacías. - en ese momento miré a los ojos de Jungkook. Parecía decir la verdad, pero por un segundo regresé a los años que estuve encerrada.

Flashback (Sala del olvido)

- ¿De verdad vas a quedarte ahí sentada esperando la muerte? - una voz que desconocía y al que no lograba más que ver su boca me estaba hablando. 

- ¿Y a ti que más te dará? 

- ¿A mí? Pues verás, pequeña... A mi me da igual, pero te vas aquedar ahí, mientras que otros te destruyen.

- ¿Destruirme? - me levanté y miré a mi alrededor. 

- Mira bien. - sentí la calidez de su mano en mi cabeza y después observé el mismo. 

- No veo nada. - pronuncié.

- Eso es porque estás olvidando las cosas importantes. Mira aquella destrucción, tu querido planeta tierra ¿Estará destruida en verdad? - preguntó con una pequeña mueca.

Fin del flashback.

- ¿Tú estabas allí verdad? - pregunté tras mirarlo por un segundo.

- Alguna que otra vez logré colarme, pero después se volvió difícil. Sin embargo, alguna que otra pude entrar. Te dije que no te dejaría sola.

- Y yo dije que no olvidaría. -

En ese momento pensé en todo aquello. Miré a Tae y aunque no lo recordaba, por primera vez me estaba preguntando si lo que había visto allí arriba no era real y si él no hubiera atacado la tierra y si él no hubiera hecho nada de aquello y si Jungkook tenía razón y lo amaba. 

- ¿Olvidar el qué? No se supone que solo te has entrenando para combatir al gran demonio. Dios míralo.... derrotado a la primera. - en ese momento pensé en la imagen que tenía de él y lo que estaba viendo en ese momento. 

- Te dejaremos sola. - expresó mi madre tras mirar a Jungkook

- Que aguafiestas que eres. - respondió de mala gana. - Recuerda, piénsalo bien. No te arrepientas. - tocó mi hombro y después me dijo aquellas palabras. La puerta se cerró y mis ojos se posaron nuevamente en el aquel chico que yacía en esa cama.  Su rostro se estaba volviendo pálido, sin vida. 

Posé mi mano en su rostro y dejé que mi mente se conectará con los suyos. En ese momento vi a dos niños jugando en aquel jardín en el que había aparecido antes, y parecían felices.

- Katia. Como osas venir al infierno y no venir a verme. - en aquel momento Jungkook me levantó del suelo y después comenzó a hacerme cosquillas.

- ¿Y tú eres? - preguntó tras soltarme y mirar a Tae.

- Yo, yo...

- Él es el nuevo miembro de la familia. Se llama Taehyung 

- ¿Qué intenciones tienes con mi pequeña? - en aquel momento no podía contener mi risa. 

- Yo, yo...

- Es que acaso solo sabes decir. Muchacho arranca, el miedo no te hará nada bien en este mundo.

- Basta, papá me dijo que lo cuidará. 

- ¿Acaso se cree que le haría algo? - preguntó tras mirarme.

- Bueno, él no sabe que estoy aquí...

- ¿Le desobedeciste? Hay mi niña traviesa. - acarició mi cabeza y después sonrió. -  Estoy de buen humor, te enseñaré el castillo. - me agarró y llevó en su brazo derecho. - Vamos humano, no te quedes atrás. 

- Jungkook. - pronuncié tras mirarlo con cierto enojo.

- Lo que hay que hacer. - en ese momento agarró a Tae con cierta desgana y nos llevó hacia dentro de la casa. Me abracé a su cuello y después sonreí a Tae.

- Te dije que él era bueno. - en ese momento Tae me sonrió.

En ese momento me separé de él y lo miré por última vez. Aquel recuerdo compartido, parecía real, tanto que iba creerlo.

-  Decido creerte. - toqué su rostro y después me incliné ligeramente. - Toma mi alma. - sin saber muy bien por qué me dejé llevar y lo acabé besando, pese a saber que no era necesario.

Hija del cielo y del infierno (tercera parte de enamorada del diablo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora