Soy la siguiente

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Narra Tae

Cuando abrí mis ojos supe que había sido salvado, aquella herida que estaba en mis recuerdos había desaparecido. Me levanté rápidamente y después salí de aquella habitación. Caminé por aquellos pasillos cuando decidí entrar en la sala del trono.

- Veo que te has recuperado. - Jungkook me alcanzó y después sonrió ligeramente.

- ¿Qué es lo que ha pasado? - pregunté al instante.

- No demasiado, Katia... decidió salvarte.

- ¿Qué? Eso es imposible, ella cree que somos enemigos.

- Ha decido creernos, aunque ahora mismo esta un poco cabreada y puede que no debamos acercarnos demasiado. Ella no nos recuerda.

- ¿Dónde está ahora? - quería verla, deseaba tenerla al alcance de mis ojos por un solo segundo. Solo con eso, ya era suficiente para mí.

- No logro contactar con Hoseok. - su voz llenó aquel lugar, por lo que rápidamente me giré. Mis ojos brillaban como nunca ante lo habían hecho.

- ¿Qué es lo que miras? - preguntó tras acercarse y mirarme de reojo. 

- Esto, gracias por salvarme. - en ese momento desvió su mirada y la llevó hasta Jungkook.

- Quiero que Jimin vaya y hable con Hoseok.

- ¿Jimin? - pregunté rápidamente.

- No sé porque esta con vosotros, pero él es un siervo del cielo y por ahora es el único que puede ir hasta allí. Le prohibirán el paso, pero le prepararan una audiencia... Llevará un mensaje.

- ¿Qué clase de mensaje? - Jungkook mostró una mueca y después espero con aquella respuesta.

- El futuro rey del infierno ha muerto. - expresó seriamente.

- ¿Quién creería eso? - interrumpí.

- No pueden detectarte, no sin confundirte conmigo. Además, he comprobado que la tierra está perfectamente, así que según mis cálculos soy la próxima.

- ¿La próxima? 

- Van a intentar matarla, antes de que recupere sus recuerdos. Porque si duda, aunque sea solo por un segundo. Ella será la próxima reina del infierno y créeme, si te tenían miedo a ti, no me puedo imaginar lo que están sintiendo ante ella. - añadió Jungkook.

- No dejaré que eso pase. - sin pensarlo me acerqué demasiado a ella, como si el tiempo no hubiera pasado, como si aún fuéramos los de aquel entonces, como si aún tuviera aquellos recuerdos. 

- Tienes suficiente con intentar mantenerte con vida, no soy yo la que debería decir esto... pero eres bastante débil. ¿Quién te enseñó a pelear? - preguntó con su rostro lleno de rechazo y descompresión.

- Bueno, pequeña. No deberías de juzgarlo tanto, después de todo ahora estas aquí para ayudarnos.

- ¿Ayudaros? ¿Pretendes que ponga mi vida en peligro por una persona como él? ¿Qué parte de él es un demonio? - sus ojos me analizaron con cierto desprecio, cosa que me molesto.

- Sí, en realidad, la más demoníaca eres tú. - contraataco Jungkook.

- No te equivoques, sigo siendo un ángel. - se marchó de aquella sala, por lo que fui detrás de ella. 

- Espera. - grité al ver que caminaba muy deprisa.

- ¿Y ahora que quieres? - preguntó tras pararse y observarme por un segundo.

- Gracias.

- ¿Gracias por qué? Solo deshice el mal que había hecho inicialmente. 

- Igualmente, pudiste haber decidido no hacerlo.

- Dime, ¿Qué éramos en el pasado? - preguntó tras dar un paso hacia a mí.

Hija del cielo y del infierno (tercera parte de enamorada del diablo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora